Colau resucita el plan de Mayol para ajardinar azoteas
El Ayuntamiento abre un programa de ayudas de hasta 100.000 euros para propiciar diez nuevas zonas verdes en inmuebles en el 2018
El Ayuntamiento de Barcelona prepara un programa de ayudas de más de un millón de euros destinado a que una decena de comunidades de propietarios ajardinen sus azoteas el año que viene. En un primer momento la administración local otorgará ayudas de 1.500 euros a 50 propuestas a fin de que puedan elaborar los correspondientes trabajos técnicos previos, y después escogerá diez iniciativas que disfrutarán de ayudas de hasta 100.000 euros y el 75% del coste total del proyecto. La convocatoria se abrirá este mes de junio. Y los proyectos más abiertos a la ciudadanía en general sumarán un montón de puntos. La teniente de alcalde de Ecología, Janet Sanz, y el concejal de Paisaje Urbano, Daniel Mòdol, dieron ayer a conocer los detalles. Su rueda de prensa destiló cierto déjà-vu. Se trata del enésimo intento del Consistorio de hacer de sus azoteas pequeños pulmones verdes de barrio. Ya lo procuraron los dos gobiernos anteriores.
Porque uno de los males endémicos de Barcelona, de una ciudad tan consolidada, tan incrustada entre el mar y la montaña, es la falta de espacios naturales urbanos. Este programa de ayudas es uno de los primeros pasos de un plan municipal mucho más ambicioso destinado incrementar las zonas verdes de la ciudad. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau también prevé inaugurar el año que viene cinco nuevos parques públicos. En estos momentos cada vecino de la ciudad cuentan con unos siete metros cuadrados, una proporción un tanto calcutiana bien lejos de los registros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que rondan el doble. El ob-
jetivo del gobierno de Colau es que cada barcelonés pueda disponer de hasta un metro cuadrado más de zona verde en el 2030. Para ello ha de sumar 44 nuevas hectáreas en el 2019, y un total 165 en el 2030. El Ayuntamiento prevé que la inversión municipal alcance los 50 millones de euros en el 2020.
El gobierno también pretende, al menos le gustaría mucho, ajardinar las azoteas de los inmuebles públicos. Los técnicos tienen sobre la mesa la azotea del Institut de Municipal de Serveis Socials de la calle València, el techo del aparcamiento de Mercabarna, la cubierta del edificio Fòrum... La verdad es que el ajardinamiento del gran triángulo azul se viene pergeñando desde su inauguración. Su lámina de agua generó siempre muchos inconvenientes. Hacer de las azoteas pequeños pulmones de barrio es sin duda una gran idea, pero mucho más difícil de hacer realidad de lo que parece. Vistas unas cuantas reuniones de escalera resulta difícil confiar en la capacidad de consenso de los vecinos para facilitar estas iniciativas. El comisionado de Ecología, Frederic Ximeno, reconoció ayer que hay que propiciar primero un cambio de mentalidad. Comunes y socialistas no están haciendo otra cosa ahora que tratar de rescatar uno de los últimos proyectos de la teniente de alcalde ecosocialista Imma Mayol. Mayol no lo planteó como una panacea. Ya entonces se vio que las dificultades técnicas, los requisitos legales y los costes económicos eran un pesado lastre. El gobierno de Xavier Trias también quiso recuperar la idea, pero únicamente tuvo tiempo de trazar unas cuantas líneas maestras.