El Circuit levanta el vuelo
La F-1 atrajo en esta edición más ‘popular’ a 13.000 personas más que en el 2016
Póngame más gradas llenas de gente como la tribuna A y menos Paddock Club”, le pedía el jefe de una empresa patrocinadora a uno de sus empleados al ver rebosante y bulliciosa la grada supletoria Super Fan instalada en el Curvone. Algo está cambiando en la F-1 en Montmeló. “Ahora tenemos un producto con una gran oferta deportiva, lúdica y gastronómica, abierto a quien quiera vivir una experiencia única”, expone Joan Fontserè, director del Circuit, con la satisfacción del recuento final, el día después del 27.º GP de F-1 en Montmeló: 178.000 espectadores pasaron el fin de semana por el Circuit, 13.000 más que el año pasado.
Por segundo año consecutivo, la carrera del domingo ha incrementado la cifra de espectadores, 94.623 en esta edición, es decir, 7.400 más que el año pasado; la 10.ª mejor en los 27 años de F-1. El Circuit consolida la lenta recuperación de público, que cayó en picado como consecuencia de la crisis económica, combinada con el apagón deportivo de Fernando Alonso, hasta tocar fondo en el 2011 (78.130 en la carrera).
Una recuperación basada en la captación de público extranjero, de nuevo mayoritario (representa el 65% ante el 35% local y estatal), con predominio de ingleses, franceses y holandeses, y en segundo lugar, por la mejor y mayor oferta complementaria.
“Ha ido mejor cuantitativamente, pero sobre todo por la calidad del espectáculo de este año, que nos da una visión de futuro muy esperanzadora porque se recupera la figura del aficionado”, comenta Fontserè, que aplaude la política aperturista del nuevo gestor de la F-1, Chase Carey, de Liberty Media, con una mentalidad más favorable al espectáculo y colaborativa con el promotor que Bernie Ecclestone. “Durante muchos años nos ha castigado la asociación de la F-1 con el elitismo” que se producía con Bernie Ecclestone.
Hasta el año pasado la gestión de la FOM en manos del magnate inglés primaba esta concepción exclusivista y elitista de la F-1. Todo era no a los promotores, a los que Ecclestone dificultaba innovar e introducir actividades para atraer más público. Por su cuenta y riesgo, el Circuit amplió, hace un par de años, la oferta gastronómica, musical y lúdica, que este año ha potenciado en una espectacular Fan Zone detrás de la tribuna principal, con ambiente de fiesta mayor: música en vivo, batucadas, ball de diables, castells, actividades artísticas, un simulador de F-1, un podio para fotografiarse, una tirolina, prácticas de pit-stops, zona de juegos para niños, espacios gastronómicos y degustación de tapas... Además de los tradicionales paseo por el pit-lane y firma de autógrafos de los pilotos, y este año las novedades de una exhibición de karting, lanzamiento de camisetas al público y entrevistas a los pilotos.
“El aficionado vuelve a estar en el centro”, señala Fontserè, subrayando el cariz cada vez más popular que está tomando la F-1, pese a los precios, que no han bajado. ¿Que es cara? Depende con qué se compare. Una entrada de pelouse de tres días cuesta 130 euros, 230 la de tribuna, cuando un pase del Primavera Sound (3 días) cuesta 200; el del Sónar, 210; y una entrada de tribuna para el Barça-Eibar, 125 euros. ¿Qué es más elitista?
MÁS ESPECTÁCULO, MÁS PÚBLICO Montmeló ofrece más oferta lúdica y gastronómica paralela a la F-1 y en dos años ha crecido la afluencia