El PDECat retoca el decreto de la estiba y facilita su aprobación
Los exconvergentes se abstienen tras abordar los cambios con el sector
El Gobierno asumió ayer las enmiendas del PDECat al decreto de la estiba para conseguir que los exconvergentes se abstuvieran y facilitar así la aprobación de esta norma, lo que impedirá que se produzcan más multas por parte de la UE.
PEDRO VALLÍN ÓSCAR MUÑOZ
Madrid / Barcelona
SERENIDAD Los neoconvergentes agradecen al PSOE, Podemos y ERC su tono sosegado en el debate
El Gobierno asumió las enmiendas del PDECat al real decreto ley de la estiba, que aplica la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, y la nueva redacción salió ayer adelante gracias a la abstención de los nacionalistas. La maniobra del grupo catalán, que, tras reunirse con los actores del sector, propuso varias modificaciones al real decreto rechazado por la Cámara en marzo, sirvió para que el PDECat reivindicase un papel en una aritmética parlamentaria que ha colocado al PNV como bisagra, a la vez que hacía valer su compromiso con la competitividad de los puertos de Barcelona y Tarragona y se visibilizaba ante Europa como socio confiable y comprometido con las instituciones europeas.
El plan iba mejor que bien porque incluso los grupos que votaron contra el real decreto, principalmente PSOE, Unidos Podemos y ERC, mantuvieron un tono comedido con el PDECat –el portavoz, Carles Campuzano, les agradeció expresamente su actitud– y, aunque criticaron al Gobierno y el decreto, hubo una admisión tácita de que la actual redacción era menos lesiva para los trabajadores del sector que la de hace dos meses. Las enmiendas defendidas por el PDECat, que no satisfacen por completo –explicaba el diputado Ferran Bel– las aspiraciones de ninguna de las partes afectadas, son fruto de las reuniones mantenidas con todos los actores del conflicto –estibadores, empresas, autoridad portuaria y el mediador, Marcos Peña, presidente del Consejo Económico y Social–, mantienen a corto plazo el empleo del sector y abocan a una negociación colectiva para la que Bel pidió actitud conciliadora y cabal a todas las partes.
En el pleno todo salía a pedir de boca, con los representantes de los estibadores escuchando desde la tribuna de invitados del Congreso, hasta que, a punto de finalizar el debate, intervino por el PP el diputado castellonense Miguel Barrachina e incendió el hemiciclo, provocó una bronca y acabó por desencadenar el desalojo de los estibadores, ordenado por la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, mientras los diputados de Unidos Podemos los aplaudían puestos en pie. Barrachina, cuya intervención parecía prevista para un debate de naturaleza muy diferente al que se produjo, se dirigió a los estibadores advirtiéndoles: “Los que les prometen todo no presentan nada: en dos meses han presentado 6.000 enmiendas presupuestarias, han desenterrado a Franco, han reprobado al ministro de Justicia, y hasta han anunciado una moción de
censura, pero no han escrito ni una línea sobre la estiba”. Según el diputado, “tan sólo les une el rencor, mientras el PP es el único grupo que responde a los intereses generales”.
La tribuna se fue calentando hasta que el castellonense atribuyó a la oposición la pretensión de una “revolución socialista” en los puertos. Los estibadores lo increparon y Pastor ordenó el desalojo. Hasta ese momento la única pulla que se comió el PDECat había sido la camiseta que portaban diputados de diferentes grupos parlamentarios en la que se podía leer, en catalán, “Te ESTIBO molt”.
Tras la votación se dejó ver la incomodidad de los diputados catalanes con el tumultuoso desenlace del pleno, un malestar que también era evidente entre la cúpula del Ministerio de Fomento: la actitud retadora de Barrachina hacia los trabajadores del sector había sido la antítesis de la del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en cuya intervención se dejó sentir la huella del revés que supuso la derrota de marzo, cuando el Congreso rechazó el anterior decreto ley.
De la Serna expresó su confianza en que ahora el Tribunal de la UE paralice el expediente sancionador a España, aunque admitió: “No sabemos si será suficiente para no pagar la primera parte de la multa”, que supera los 24 millones de euros.
La convalidación parlamentaria fue mal recibida por los estibadores, que mantienen las huelgas para la semana que viene. Antolín Goya, coordinador general del sindicato mayoritario CETM, lamentó que se les está “abocando a un conflicto en el que el único responsable es el real decreto ley, que se ha aprobado sin ningún tipo de pacto, ni con los las empresas ni con los trabajadores”. Los paros se han convocado para los lunes, miércoles y viernes a partir del 24 de mayo y durante tres semanas, ocho jornadas en total. De todos modos, el líder sindical dejó abierta la posibilidad de llegar a acuerdos con la patronal. La clave sigue siendo, explicó, “garantizar el empleo”.
Algunos de los aspectos laborales más relevantes de la reforma del sistema de la estiba, que estaban en la propuesta que hizo el 30 de marzo el mediador, se incluirán en un nuevo real decreto que colgará del aprobado ayer y que servirá para su desarrollo reglamentario. Entre los elementos recogidos en ese documento está el mantenimiento del empleo –más de 6.000 trabajadores–, que deberán acordar sindicatos y empresas, y el establecimiento de ayudas para los trabajadores de mayor edad. Goya insistió en que esa negociación debe servir para “amarrar los flecos que quedaron pendientes” entre febrero y marzo.
Los estibadores españoles recibieron ayer el apoyo de sus colegas de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte. Su presidente, Paddy Crumlin, calificó el decreto de “traición a los trabajadores portuarios de España e incluso a sus intereses nacionales”. Terje Samuelsen, responsable de la sección de estibadores, dijo que esta nueva legislación puede suponer “la puesta en marcha de un plan de liberalización agresiva y destructiva de la mano de obra portuaria, que va imprudentemente más allá de las normas europeas”.
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