Sánchez apela a “salvar” a la izquierda con su candidatura
El candidato se compromete a “rescatar” un PSOE que “va a la deriva”
El apoyo de la militancia catalana a Pedro Sánchez es apabullante. De un censo de 14.322 personas, obtuvo en 6.058 avales, por tan sólo 974 de Susana Díaz, su principal adversaria. Consciente de ello y de la necesidad de arrasar en Catalunya en este proceso de primarias del PSOE para compensar la previsible abultada derrota en Andalucía, Sánchez agradeció encarecidamente ayer en Viladecans los avales. Pero pese a este apoyo usó un símil futbolístico para recordar que “los partidos de fútbol duran 90 minutos”, por lo que emplazó a los asistentes a votar el domingo para lograr más votos que avales. ¿El objetivo? “Recuperar” y “salvar” el Partido Socialista y por extensión a la izquierda, argumentó el candidato, y así “sacar el partido de la deriva en que está y ponerlo rumbo a la Moncloa”.
A Sánchez se le nota muy cómodo en tierras catalanas. Ya quedó claro en sus anteriores visitas en Barcelona durante la precampaña y en Sabadell. Ayer en Viladecans, en su segunda visita a Catalunya del candidato a la secretaría general del PSOE, entre gritos de “¡Fuera los barones!” y “¡Sálvanos!”, las bases quisieron dejar claro que han “admirado siempre a Felipe, Guerra o Rubalcaba, pero ya hace tiempo que deberían haber dado un paso atrás” y que a su juicio Sánchez no debería haber dimitido tras ser desautorizado por el comité federal del partido del 1 de octubre. “Si la militancia pone, la militancia quita”, clamó la alcaldesa de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz, ayer presente en el acto en Viladecans.
El anterior secretario general de los socialistas apeló a la responsabilidad histórica. “Me emociona ver, después de todo lo que ocurrió en octubre, que hay millones de progresistas pendientes”, dijo Sánchez. Algo que atribuyó a que el próximo 21 de mayo no solamente está en juego “quién va a liberar” el partido, sino también “el futuro de la izquierda en España”. A su juicio, la militancia socialista debe rehuir del “discurso del miedo” al que apelan Susana Díaz y Patxi López si las primarias las gana Sánchez. “Vamos a decirles a todos esos progresistas que aquí está la izquierda”, exclamó el candidato. Tanto es así que el acto concluyó con los asistentes en pie cantando
La internacional.
En este sentido, el candidato acusó a Podemos de ser la “izquierda que le sienta como un guante a Rajoy”. Para ello, recordó la investidura frustrada que el socialista protagonizó a principios del año pasado y culpó por enésima vez a Pablo Iglesias de negarse a un Gobierno progresista.
Tampoco se mostró precisamente blando con el PP. “Hace falta un cambio político en este país”, afirmó Sánchez, porque “somos líderes en desigualdad, en precariedad y en corrupción: aquí tenemos a la madre superiora –en alusión a Marta Ferrusola– y allí a Ignacio González”. Tras aseverar que no le extraña que Rajoy tenga que acudir a testificar por presunta financiación irregular del PP, Sánchez exigió a Rajoy que dimita. Por la mañana, dijo en la Ser que, si gana las primarias, no descarta que el PSOE promueva una moción de censura.
Las tornas pueden haber cambiado. Hace apenas dos meses, los enemigos de Pedro Sánchez daban por hecho que Susana Díaz le arrollaría en las primarias del próximo domingo por más de veinte puntos de ventaja. A apenas tres días de la cita con las urnas, en cambio, los fieles a la líder andaluza confían en lograr al menos una victoria por la mínima. Pero cunden los nervios y nadie se atreve ya a poner la mano en el fuego.
Aunque aún crucen los dedos en espera del triunfo de Díaz, y tengan orden de combatir hasta el último aliento, lo cierto es que algunos de sus respaldos territoriales asisten atónitos a la campaña de última hora que está desplegando la presidenta de la Junta. Una campaña, lamentan, plagada de “errores de bulto”. Y en la que está yendo todos los días “a rebufo” de Sánchez. Hasta el golpe de efecto de la recogida de avales, hace ya dos semanas, Díaz dio por hecho que ganaría las primarias sin bajarse siquiera del autobús. Y a partir de ese momento, tuvo que improvisar de prisa y corriendo una campaña electoral y hasta un urgente documento programático que no tenía previsto, en un intento desesperado de recuperar el terreno y el tiempo perdido. Pero dirigentes del PSOE admiten que es Sánchez el que lleva la iniciativa, casi todos los días, y Díaz la que corre detrás para tratar de darle la réplica. Ayer volvió a ocurrir. Sánchez protagonizó el pasado martes un acto muy potente en la sede central de la UGT en Madrid, en el que se le entregó un manifiesto de apoyo suscrito por un millar de sindicalistas de diez organizaciones diferentes, también de CC.OO. Y ayer Díaz aterrizó en Valencia, donde Ximo Puig le tuvo que organizar a la carrera un pequeño acto con sindicalistas en la sede de los socialistas en Blanquerías.
Hoy, en el duelo final en Sevilla, Díaz volverá a intentar demostrar su potencia precisamente en su propia casa. Hacía tiempo de Sánchez tenía programado su acto en el muelle de la Sal cuando el equipo de Díaz, finalmente, decidió organizar su mitin también en Sevilla, a la misma hora y casi, casi en el mismo sitio, en el muelle de las Delicias.
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