Montcada y el ferrocarril
EL soterramiento de la vía férrea de la línea R2 a su paso por Montcada i Reixac es una vieja exigencia de esta localidad que finalmente parece que se hará realidad. Al menos a ello se comprometió ayer el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ante la alcaldesa de la población, Laura Campos, y ante el conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull. Las obras que se ejecutarán, reivindicadas reiteradamente por los vecinos, llegan después de que hayan muerto 169 personas a lo largo de la historia –la más reciente, el lunes– al ser arrolladas por los trenes mientras cruzaban las vías que atraviesan la localidad. Este elevadísimo coste en vidas humanas constituye un triste tributo de sangre que habría podido paliarse si la Administración central hubiera atendido antes las demandas vecinales.
La persistencia del Ayuntamiento de Montcada i Reixac en la demanda del soterramiento de la citada vía férrea ha sido clave para la puesta en marcha del proyecto. Tanto es así que el gestor de infraestructuras ferroviarias, Adif, que preside Juan Bravo, ha hecho suyo el estudio presentado por el Consistorio para soterrar el paso de los trenes a su paso por el municipio, con un presupuesto que reduce el coste inicial de la obra, hasta los 300 millones de euros.
El soterramiento previsto afectará a casi cuatro kilómetros de vías, desde el barrio de Vallbona de Barcelona hasta la salida de Montcada i Reixac por debajo del puente de la C-33. El estudio sobre el que se está trabajando también incluye la construcción en paralelo de una tercera vía que llegaría hasta el término municipal de Montmeló y que abre la puerta a mejorar la red de Rodalies con más trenes semidirectos y espacio extra para intervenir en caso de emergencias.
El acuerdo cerrado ayer, sin embargo, prevé que las obras no se iniciarán hasta dentro de tres años, en el 2020, y se prolongarían por espacio de otros tres hasta su finalización. Este parece un plazo demasiado largo, que incluso podría ser mayor si surgieran problemas, para un proyecto que es de una extrema urgencia.
La buena voluntad expresada ayer por el ministro de Fomento y por el presidente de Adif, en el acto de firma del convenio celebrado en Montcada i Reixac, debería traducirse en una aceleración de los plazos de ejecución. Mientras las obras no comiencen, en cualquier caso, sería absolutamente necesario implementar las máximas medidas de seguridad y de protección alrededor de las vías férreas para evitar que siga creciendo el ya elevadísimo número de víctimas en esa zona por culpa de los trenes.