Una ministra que ama los libros
Recién nombrada, con el apoyo de todo el sector literario, la flamante ministra de Cultura se vio envuelta en el caso de la falsa cuenta de Twitter a su nombre y con su foto. A los pocos minutos, y cuando la falsa noticia se había difundido como la pólvora, el propio Dibenedetti alertó, en inglés y francés, sobre el engaño y cerró la cuenta. Inteligente y culta, resolutiva, pero abierta a seguir los golpes de intuición, Françoise Nyssen, medio belga, medio francesa, nació en 1951 en Bruselas, donde vivía el segundo marido de su madre. Licenciada en Química y diplomada en Urbanismo, en 1978 recibió una llamada de su padre. “¿Co- noces a alguien que me ayude a fundar una editorial?”. No dudó en dejar la dirección de Arquitectura para plantarse en Arles, la rive gauche del Ródano, como decía en broma su padre, Hubert Nyssen. En el equipo de Actes-Sud, estaba su marido, Jean Paul Capitani. Ella aportó dos niños; él, tres y tuvieron dos más. Los siete pasaron a ser seis cuando en el 2012 se suicidó Antoine, el hijo disléxico de Françoise. La editorial está hoy en la plaza Nina Berberova, una de sus autoras, y aunque perdió con Gallimard la puja por Flammarion, es una de las pequeñas grandes editoriales francesas (Enard, Auster, Cercas). Millenium de Stieg Larsson fue su golpe de suerte, y su estrategia, la compra de editoriales pequeña y librerías para asegurar la distribución, como hizo Feltrinelli. Promueve una dirección de educación artística, bibliotecas abiertas en domingo y un cheque de 500 euros a los jóvenes para gastar en cultura. / J.M.