La Vanguardia

Koeman: “Chuté con toda mi fuerza”

Los protagonis­tas recuerdan la conquista de la primera Copa de Europa del Barça hace 25 años

- JOAN JOSEP PALLÀS Liverpool Enviado especial

“Me emocioné, claro; fue el gol más importante de mi carrera en el club más importante de mi vida” “Me impresionó al regresar sobre todo la gente mayor: vivieron aquello de manera especial”

“La gente del Barça nos tiene en su cabeza y hay aficionado­s que nos quieren ver, iremos”

“El fútbol no ha cambiado tanto, ha cambiado el mundo; antes podíamos salir a tomar unas copas”

Ronald Koeman no se ha dejado ir, así que nadie diría que ha pasado tanto tiempo desde aquel gol suyo. A sus 54 años, conserva una figura razonablem­ente estilizada y ese caracterís­tico pelo rubio que le hacía localizabl­e desde cualquier punto de la grada. Quienes estuvieron en Wembley nunca olvidarán aquel momento. Quienes no estuvieron, tampoco. Fue la primera Copa de Europa del Barça, tan costosa y precedida de disgustos que después, como si hubiera sido retirado un dique, llegarían más. Se cumplen 25 años de aquel zapatazo mítico y a Koeman, su autor, se le ilumina la cara cuando lo rememora. En el despacho de la ciudad deportiva del Everton, donde trabaja, hay fotografía­s de Wembley y de Barcelona. Queda claro que más pronto o más tarde regresará.

¿Cuántas veces ha visto ese gol?

Muchas. Incluso en Holanda repiten las imágenes. Cada 20 de mayo me llaman periodista­s, todos los años puntualmen­te, pero ahora por los 25 han sido muchos más.

¿Le cansa un poco el tema?

No, para nada. Fue un gran momento personal y para el Barcelona supuso la primera Copa de Europa, que siempre es especial. Me sirve para recordar no sólo el gol, sino también las experienci­as que vivimos con un grupo de muy buenas personas en Barcelona.

¿Cómo recuerda el gol?

Recuerdo que chuté fuerte, con todas mis fuerzas, y que el balón pasó entre medio de muchas piernas. Pagliuca no pudo reaccionar a tiempo.

El gol le hizo llorar...

Sí, me emocioné, claro. Era el gol decisivo, la importanci­a del momento... Además, justo por aquellos días había recibido bastantes críticas por mi juego con la selección holandesa... Lo viví con mucha emoción.

¿Ha vuelto a emocionars­e sobre un campo de fútbol?

Cuando me retiré en Holanda. En el año 1996, al decir adiós con el Feyenoord. Se juntaron también muchas emociones.

¿Fue el de Wembley el gol más importante de su carrera?

Sí, claro, el más importante. Te da la Copa de Europa, la primera del Barcelona. Marqué otros goles importante­s, pero no tanto como este.

¿Guarda la camiseta de aquel día? ¿Las botas...?

Sí, guardo en una habitación la camiseta en mi casa de Portugal. Y una pequeña reproducci­ón de la Copa. Y varios objetos, no sólo recuerdos de Wembley, sino también de mis seis años maravillos­os en Barcelona.

Habrá explicado ese gol a sus hijos muchas veces...

Ellos conocen la historia y lo han visto bastantes veces. En 1992 la niña tenía cinco años y el niño, dos. Son del Barça. Los tres lo son. El tercero nació en 1995.

¿Qué es lo más impactante que le ha dicho un aficionado del Barça sobre aquel gol?

Me impresionó al regresar sobre todo la gente mayor. La noche mágica la vivieron de manera especial, más que los jóvenes. Te recordaban la importanci­a que tenía el gol para ellos. Lo que sufrieron antes, aquella final perdida de Sevilla. Las du-

EL MOMENTO

EL AGRADECIMI­ENTO

das, el ‘vamos a perder otra vez’.

¿Es consciente de que su equipo empezó a cambiar ese derrotismo?

Sí, fue el inicio para el Barça de ganar cosas con más regularida­d. Todavía hay seguidores así, pesimistas, pero muchos menos. Se han ganado títulos muy importante­s desde entonces.

¿Qué porcentaje de aquella Copa de Europa es para Johan Cruyff?

Es difícil concretar un porcentaje, pero su llegada supuso un cambio, y

no sólo en el juego. Se ficharon muchos jugadores, entre ellos los vascos. Se dio más espacio para los jóvenes. Chapi, Sergi, Pep, Òscar, Roger... Se buscó con éxito a los mejores extranjero­s de la época. Y después estaba el ambiente, la unión que se respiraba... El juego a veces era muy brillante, a veces flojito por ser tan ofensivo y tan abierto… Pero mejor recordar los momentos felices.

¿Echa de menos a Cruyff?

Sí. Para mí fue un gran entrenador, pero también una gran persona. Cuando llegué a Barcelona con mi familia nos ayudó mucho para integrarno­s. Toda su familia nos acogió en la ciudad.

¿Irá usted al Camp Nou para el partido de homenaje?

Sí, es bonito recordar aquello. Son 25 años. La gente del Barça nos tiene en su cabeza y segurament­e hay aficionado­s que nos quieren ver. Sé que sobre todo Bakero está trabajando en organizar algo bonito. Creo que todos quieren estar. A ver cómo sale la fiesta. Hay que hacerla.

Guardiola, Eusebio, Laudrup, Chapi Ferrer, usted mismo..., todos entrenador­es. Zubi y Txiki, directores técnicos. ¿No saben vivir sin fútbol?

Eso parece (risas). Si ya no puedes jugar, es la manera de estar cerca del fútbol en el día a día. Tuvimos un buen maestro y han pasado otros grandes entrenador­es por el Barça que han influido en nuestras carreras y de los que hemos aprendido. Nos han dado mucho. A lo mejor en mi caso es que no tengo otras aptitudes. Además, es bonito ayudar a los demás y ofrecer tus conocimien­tos.

¿Se imaginaba que saldrían tantos entrenador­es de aquel grupo?

De algunos no me lo imaginaba. Ni de Stoichkov ni de Laudrup, por ejemplo. Sí de Guardiola, de Amor o de Bakero.

¿Qué relación mantiene con aquellos compañeros?

Tengo bastante amistad con Bakero. Y al vivir cerca de Manchester, ceno frecuentem­ente con Txiki y con Pep. Hablamos de fútbol, del Barça, de Johan, de la Premier y claro, hablamos del pasado. De los buenos momentos, de la buena gente.

El FC Barcelona tiene ahora cinco Copas de Europa. ¿Su gol fue una liberación para el club?

Puede que lo fuera, pero el éxito posterior tiene más que ver con los jugadores y entrenador­es que llegaron después. La importanci­a de futbolista­s como Messi, Iniesta o Xavi es mayor que la nuestra.

Hace 25 años no había móviles, ni redes sociales, ni patrocinad­ores en la camiseta... ¿Qué fútbol prefiere, aquel o el actual?

En realidad, en esencia, no ha cambiado tanto. Lo que sí es distinto es la influencia de los medios de comunicaci­ón y las redes sociales, que es enorme. Resulta ahora más difícil para los jugadores preservar su vida privada. Nosotros íbamos de

copas y si nos pillaba alguien era un fotógrafo aislado, pero ahora con los móviles... Vivíamos mejor entonces, más tranquilos. Había prensa, pero se respetaba a los jugadores. Hoy en día es más complicado.

¿Con qué jugador de los de ahora se identifica usted?

Me gustan los jugadores que son buenos profesiona­les y que fuera del campo actúan con normalidad. Pep Guardiola siempre mantuvo los pies en el suelo. Lo que pasa, pasa. Se mantenía tranquilo y era respetuoso con los demás. El Barça ha tenido suerte en ese sentido o, mejor dicho, ha sabido buscar ese tipo de jugadores. La cantera forja buena gente. Xavi, Iniesta, Puyol, Valdés, Gabri... Todos estos son los que han marcado la dirección. Catalanes, con mucha calidad pero seres humanos que valen la pena. Messi también es uno de ellos, a pesar de ser argentino. Es un ejemplo. Tiene mucho mérito ser una estrella y aguantar tantos años a este nivel.

¿Le gustaría entrenar al Barcelona?

En los últimos dos años se me va preguntand­o sobre el asunto y lo entiendo como algo lógico. Sé que necesitan entrenador, pero es difícil para mí opinar, hay que respetar al Everton.

¿Qué es más importante siendo técnico, la táctica o el control de egos? Un poco de todo. Primero hay que consolidar el sistema, qué fútbol quiere el club. Respetar el hecho de que exista una idea preconcebi­da desde el fútbol base. Todos deben entrar en ese estilo. Después es importante organizar el equipo porque, exceptuand­o Messi y quizás Cristiano, un equipo hace grandes a los jugadores y no al revés. Por otra parte, a mí me gusta dar oportunida­des a los jóvenes si tienen talento. Darles paso y espacio. Y por último, hay que jugar atractivo, puede que sea el camino más complicado para ganar, pero en el Barcelona se logró: jugaron impresiona­nte y ganaron títulos.

¿Qué significa el Barça para Ronald Koeman?

Es el club más grande de mi vida. Siempre me he sentido como en mi casa. Todavía ahora cuando voy. Si saben lograr esto con un holandés...

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 ?? JOAN LANUZA ?? Recuerdos. Ronald Koeman sostiene una fotografía de la celebració­n de Wembley en las instalacio­nes de la ciudad deportiva del Everton
JOAN LANUZA Recuerdos. Ronald Koeman sostiene una fotografía de la celebració­n de Wembley en las instalacio­nes de la ciudad deportiva del Everton

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