Bong Joon Ho
‘Okja’, producida por el gigante de la red, arranca con abucheos y finaliza con ovación
CINEASTA
Bong Joon Ho estrenó en Cannes su filme Okja , creado para ser visto en Netflix y no en cines. La animadversión inicial dio paso a los aplausos. La película será estrenada el 28 de junio en 190 países, entre ellos España.
Hay una guerra en marcha en Cannes por el futuro del cine, y con la proyección de Okja, producida por Netflix, la guerra entró ayer en una fase nueva y más compleja.
El filme de Bong Joon Ho fue recibido con un sonoro abucheo. ¿La causa? El logotipo de Netflix. Un abucheo que continuó durante unos minutos. Aunque la razón ya era otra: el error en el formato de proyección (el propio festival emitió una nota asumiendo la responsabilidad).
Y sin embargo, a pesar de tan poco prometedor inicio, Okja recibió una ovación al finalizar. La idea de Netflix de estrenar este y muchos otros filmes sin pasar por los cines no es bien aceptada en Cannes. De ahí la animadversión inicial.
Pero el debate, con lo trascendental que resulta para el futuro de la industria, se difuminó tras asistir al alegato vegano que representa el filme de Bong Joon Ho. El estreno de este curioso e inesperado filme, bien acogido en Cannes, tendrá lugar el 28 de junio en 190 países, entre ellos España. En líneas generales será un estreno en pantalla pequeña. ¿Es ese el futuro del cine?
El debate tiene dos contrincantes de peso. Por un lado Netflix, con más de cien millones de subscripciones, y la promesa de llevar las películas al salón de casa. Pero no más allá. Por otro lado está Cannes –en realidad, el modelo clásico de exhibición–, que ha prohibido en el futuro que participen en el festival películas que no vayan a tener estreno en salas.
El valedor más caracterizado de esta postura –del cine en el cine– es Pedro Almodóvar, el presidente del jurado de este año, que ha dicho: “Me parece muy difícil premiar con una Palma de Oro un filme que no se verá en los cines”.
“Yo no entro en los sistemas de distribución”, dijo ayer Bong Joon Ho en referencia a la controversia. “Pero como creativo, bienvenido sea Netflix. Se atreven con directores que cuentan historias atrevidas, historias que los estudios clásicos no afrontarían nunca. Soy un fan de Pedro (Almodóvar), y puede decir lo que quiera. Pero con Netflix he tenido completa libertad y ninguna presión. No puedo pedir más”.
Para Tilda Swinton, una de las protagonistas de Okja, “Almodóvar es el presidente, tiene todo el derecho a decir lo que ha dicho. Pero nosotros no hemos venido a ganar una Palma; tan sólo a enseñar nuestro trabajo. Y además, seamos honestos: muchas películas que se presentan en Cannes nunca llegan a las salas”. Y en eso Swinton tiene razón.
Okja no es una película común. Apuesta inequívocamente por el respeto a los animales y la naturaleza. Una de las imágenes más impactantes del filme recuerda un campo de concentración. Amontonados en sus instalaciones, los prisioneros –los cerdos– esperan resignados su suerte. Y luego está la muerte misma, en el matadero.
“Un día conducía por Seúl y se me apareció la imagen de un animal grande, que me parecía introvertido, patético y sobre todo inocente. Empecé a pensar en la razón de su tristeza, y así se me ocurrió la idea”, dice el director de la apreciada Snowpierer, aquella historia sobre un tren a toda velocidad que no puede parar porque el mundo está helado.
Okja resulta una buena película de monstruos; o mejor dicho, de un único y solitario monstruo, pues el protagonismo se lo lleva un humanizado cerdo gigante. Los monstruos: un género en el que su director, Joon Ho, ya destacó por The host. Pero aquí, a diferencia de aquel filme, el cerdo/ monstruo es bueno y fiel y, por momentos, inteligente.
También se puede considerar un filme infantil, pensado para niños. En el sentido que son infantiles, por ejemplo, las películas de animación de Hayao Miyazaki, el director El viaje de Chihiro (2001) o Ponyo en el acantilado (2008), por poner dos títulos del genio japonés con niña dentro. En Okja la estrella (humana) es una cría de apenas doce años (Ahn Seohyun), decidida a salvar a su cerdo. En buena medida también es una parodia histérica, sin demasiada profundidad, sobre el capitalismo, “que nos quiere convertir en meros consumidores”, dice Bong Joon Ho, su director. “Tenemos que permanecer atentos para no dejarnos embaucar. Este filme es una especie de aviso, de correctivo”, afirma.
Un correctivo ideológico donde la sátira de ese capitalismo rampante –lo más flojo del filme: queda en manos de Tilda Swinton, Jake Gyllenhaal y Paul Dano, parodias de parodias en sí mismos. Swinton, sobre todo. Como una enloquecida directora de empresa, y su propia hermana gemela, más enloquecida si cabe. Un Gyllenhaal histriónico hasta decir basta, lejos de su sobriedad habitual, encarna una estrella de la televisión. Y Dano asume el papel de un líder en la lucha por los derechos de los animales.
Aunque el gran protagonista de la aventura, porque una aventura es al fin y al cabo, es el monstruoso cerdo, Okja. La estrella indiscutible. Una animal de mirada pacifica y noble que te deja emocionado con su inteligencia.
“Seamos honestos: muchas películas de Cannes nunca llegan a las salas”, dice la actriz Tilda Swinton