Borrando el pasado
Josep, el tercer hijo de Jordi Pujol, ha reconocido que su madre eliminó pruebas sobre la herencia del abuelo.
El hijo del expresident justifica que se ocultase el dinero y no pone la mano en el fuego por su hermano mayor, Jordi
El tercer hijo de Jordi Pujol, Josep, aseguró ayer que su madre, Marta Ferrusola, destruyó hace años las partes principales de la carta sobre la herencia del abuelo Florenci, que ahora obra en manos de la justicia, para impedir que se pudiera rastrear el dinero y relacionarlo con la familia.
El hijo del expresidente lo aseguró, sin tapujos, en el transcurso de una entrevista en Catalunya Ràdio. Una acción que él también justificó, ya que, a su juicio, ese dinero, cuyo origen no está del todo claro, podría haber sido un obstáculo en la carrera política de su padre. “Si me preguntas qué prefieres, si 23 años de un presidente de la Generalitat first class, de primera división, como el que hemos tenido y el pequeño pecado que hemos mantenido por una herencia, o renunciar a este presidente, yo me quedo con la primera opción”, aseguró.
El hijo del expresident no tuvo tampoco reparos en manifestar que, aunque no conocen “del todo” el origen de la supuesta herencia –inicialmente de unos dos millones de dólares–, suponen que podría proceder de “negocios grises” que el abuelo, corredor de bolsa, llevó a cabo durante el franquismo a través de la compra y venta de divisas. En este punto, dijo que han pedido información a Suiza para saber si el abuelo Florenci tuvo también alguna cuenta allí, aunque insistió en que antes de que su padre fuera elegido presidente de la Generalitat ya era un “hombre muy rico”.
Con respecto a los negocios de su hermano mayor, Jordi Pujol Ferrusola –en prisión preventiva–, aseguró que no puede “poner la mano en el fuego” por él, ya que, dijo, entre hermanos nunca hablaban de trabajo. “No recibimos nada de Jordi, que hace sus negocios y hace sus inversiones”, manifestó Josep Pujol, que manifestó que la nota escrita en la que Marta Ferrusola se presentaba como “madre superiora” es “en parte falsa”, porque este tipo de notas se firman con el número de cuenta y esta no la lleva. Aunque reconoció que “la letra se parece mucho” a la de su madre y que el gestor que les llevaba las cuentas “tiene cara de cura y habla como un cura”.