En el top sanitario
Un estudio sitúa el sistema sanitario español como el octavo mejor del mundo.
El ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez Vigo, explicó ayer que el Ejecutivo pidió el pasado 9 de mayo a la Alta Inspección del Estado un informe sobre los libros de texto de todas las comunidades autónomas, no sólo de Catalunya, y que cuando lo reciba, su departamento “decidirá con mesura”. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó haber recibido quejas sobre el Govern catalán por “la falta de neutralidad que tiene respecto al conjunto de los españoles”.
“Olvida –añadió la vicepresidenta sobre el Govern– en muchas ocasiones que representa al conjunto de Catalunya y que su marco tiene que ser de lealtad con el conjunto del pueblo español; eso lo hemos defendido siempre, lo hemos puesto siempre de manifiesto”.
El informe sobre los libros de texto de las diferentes comunidades autónomas fue encargado después de que el presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), José Moyano, compareciera en la subcomisión del pacto educativo y denunciara “recomendaciones y presiones de algunas comunidades autónomas”.
“Me preocupa que haya 17 libros diferentes de matemáticas o de biología o que haya falta de rigor o tergiversación de la historia”, añadió el ministro, que indicó que el pacto de Estado para la educación “permite un reflexión y es una buena vía” para abordar estas cuestiones y otras que supongan mejorar el sistema.
Por su parte, la consellera de Ensenyament, Meritxell Ruiz, se mostró ayer “absolutamente convencida” de que “no existe problema” con los libros de texto en Catalunya, por lo que se declaró “muy desconcertada” ante la demostración de “desconfianza” que atribuyó al Gobierno hacia los docentes y las editoriales de libros de texto.
La polémica surge después de que el sindicato catalán de profesores Acció per a la Millora de l’Ensenyament Secundari (AMES) haya elaborado un informe, a partir de 19 textos de “Conocimiento del medio” de 5.º y 6.º de primaria de los alumnos catalanes de 10 y 12 años, en que denuncia “planteamientos ideológicos partidistas y tendenciosos”.
El documento alude a “falta de referencias a las instituciones, entidades y normas compartidas como monarquía, Constitución, Gobierno de España, estructuras del Estado, servicios educativos, sanitarios, de investigación, deportivos, de defensa, para favorecer que los alumnos catalanes no adquieran la identidad española, es decir, que no se sientan españoles, sino sólo catalanes”.
El presidente del Partido Aragonés y portavoz de esta formación en las Cortes, Arturo Aliaga, dijo ayer esperar que la iniciativa del sindicato de profesores, que ha advertido de “adoctrinamiento” en libros de texto catalanes, sea el “principio del fin” de una serie de “despropósitos” que afectan directamente a la identidad y a la historia de Aragón y exigió a la Generalitat que deje de manipular la historia.
El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, actuó ayer con urgencia y, además de cuestionar la celeridad del Gobierno ante la denuncia del sindicato de profesores, anunció que ha abierto una investigación para aclarar si “el Gobierno tiene previsto marcar la línea de los currículos académicos”.
El ministro aclara que el informe sobre los textos escolares se encargó sobre todas las comunidades