El fiscal de Brasil acusa a Temer de corrupción pasiva y obstrucción
El empresario que implica al presidente también financió a Lula y Rousseff
La operación manos limpias brasileña prosigue a toda velocidad. El presidente Michel Temer está acorralado, la incertidumbre domina el país y hay sensación de déjà vu tras la destitución el año pasado de su predecesora, Dilma Rousseff. Las nuevas revelaciones de la declaración del empresario que implica al mandatario en la corrupción se suman a la difusión de los tres delitos por los cuales el fiscal general del Estado acusa a Temer: corrupción pasiva, obstrucción de la justicia y organización criminal.
Tras revelar O Globo el miércoles que Joesley Batista, dueño de la multinacional cárnica JBS, había grabado en secreto a Temer avalando un soborno, el Tribunal Supremo autorizó la difusión del correspondiente audio y de los vídeos de la declaración íntegra del empresario ante la Fiscalía, encendiendo un ventilador que también afecta a Lula, Rousseff y otros políticos como el excandidato presidencial y líder del oficialista PSDB, Aécio Neves, además de ministros, legisladores y gobernadores. También fueron difundidos vídeos grabados por la policía donde supuestamente se ve a intermediarios de Temer recibiendo maletines con millones de reales.
Las cifras de los sobornos marean por abultadas y constantes. A cambio de estos pagos, JBS obtenía favores gubernamentales y compraba voluntades para lograr normas y leyes que beneficiaban al sector cárnico. Batista asegura incluso que pagó a Temer una mensualidad de unos 27.000 euros entre 2010 y 2011, año en que asumió la vicepresidencia de Brasil con Rousseff, siendo líder del derechista PMDB.
El empresario sostiene que entregó 1,4 millones de euros al expresidente del Congreso, Eduardo Cunha, para que mantuviera la boca cerrada después de ser condenado a 15 años de prisión por corrupción, además de una mensualidad de 110.000 euros a su mano derecha, Lúcio Funaro. Ese soborno es el que Temer avala en la conversación grabada por Batista el 7 de marzo en la residencia presidencial. No obstante, el mandatario denuncia que el audio fue manipulado y ha pedido un peritaje tecnológico.
Llamaba la atención que ni Lula ni Rousseff hubieran reaccionado echando leña al fuego para forzar la salida de Temer y ayer se supo por qué. Según el recuento realizado por O Globo a partir de la declaración del empresario, Batista habría financiado con 134 millones de euros las campañas electorales de ambos expresidentes, lo que no sólo implica al Partido de los Trabajadores, sino también a la decena de formaciones que participaron en sus gobiernos, incluido el PMDB dirigido por Temer, que fue elegido vicepresidente junto a Rousseff en las elecciones de 2010 y 2014.
La financiación ilegal de esas dos últimas campañas ya era objeto de una investigación en el marco del caso Petrobras, que ahora emerge como uno de los escenarios que podrían desbloquear la crisis ante la negativa de Temer a dimitir a pesar de la pérdida de apoyo entre sus propios aliados. El Supremo iniciará el 6 de junio una vista para decidir si declara la nulidad de las candidaturas de Rousseff y Temer, con lo que el cargo del actual mandatario quedaría sin efecto y el parlamento debería nombrar un sucesor.
Mientras tanto la calle se calienta. Cada noche hay en las principales ciudades protestas para exigir la dimisión de Temer. Y mañana hay previstas grandes manifestaciones en todo el país con la misma consigna: “Fora Temer”.