La Vanguardia

El reinado de Basquiat

- Llucià Homs

El jueves por la noche, durante la reunión previa al Talking Galleries Paris que celebramos ayer en el Centro Pompidou, una experta en mercado del arte comentó que las subastas han perdido todo el interés en la medida en que la mayoría de las grandes obras están garantizad­as. Era justo unas horas antes de la subasta de arte contemporá­neo que Sotheby's celebró en Nueva York y que vendría a contradeci­r tal afirmación. Pasadaslas 8 delatar de( hora americana) se su bastaba ello te 24, una pintura de casi dos por dos de una calavera de trazos negros sobre fondo multicolor de Jean-Michel Basquiat, que durante las últimas horas se comentaba que se había garantizad­o a los vendedores por unos 60 millones de dólares.

Quien la ponía a la venta era la heredera de una familia americana dedicada al inmobiliar­io, los Spiegel, que la habían adquirido en 1984 por unos 20.000 dólares, en el momento más codiciado de la corta carrera de Basquiat.

La pintura, que se había mantenido fuera del circuito desde su adquisició­n, salió por 57 millones y rápidament­e subió hasta los 68, donde se plantó. Todo parecía que este sería el precio definitivo. Pero el subastador Olivier Barker estuvo brillando aguantando el precio un rato hasta que volvió a arrancar en una espiral de licitacion­es en la sala y en el teléfono que la llevaron hasta los 98 millones de dólares (con comisiones serían 110,5 millones). Una fuerte ovación final sonó en la sala cuando se adjudicó a una vendedora al teléfono que quedó asustada de haber vendido no sólo el Basquiat más caro de la historia sino la obra de un artista americano más caro en subasta.

Pero las sorpresas no acabarían aquí. Al cabo de un rato el joven coleccioni­sta japonés Yusaku Maezawa, fundador del gigante de comercio electrónic­o Start Today, anunciaba vía Instagram que era él quien lo había comprado y adjuntaba varias imágenes suyas junto la pintura, declarando que lo quería compartir. Hecho que un rato más tarde la casa de subastas confirmaba vía Instagram y añadía que su voluntad era cederlo en depósito a institucio­nes para exposicion­es por todo el mundo antes de acabar siendo la obra central de un museo que Maezawa construirá en Chiba, Japón.

Todo viene a confirmar una vez más el análisis que hacemos del momento actual del mercado del arte. Algunas grandes obras logran precios astronómic­os pero el mercado, si bien aguanta con solidez, está ligerament­e por debajo del año anterior. Nada parece indicar que el llamado impacto Trump influya en el mercado americano, y a pesar que el mundo artístico lo detesta, entre otras cosas para amenazar los fondos del National Endowment for the Arts, a buen seguro que sus propuestas de reducción de impuestos encontrará­n el favor de los ricos compradore­s de arte.

Esta venta sorprende por muchas razones: la juventud del comprador nos habla de una nueva generación de coleccioni­stas, que han hecho rápidas fortunas en entornos de empresas digitales, que quieren compartir su patrimonio con la sociedad y que no tienen ningún pudor en enseñar sus adquisicio­nes. Tanto es así, que en un mercado en que la discreción es clave, donde todavía no ha trascendid­o por ejemplo quién compró el Rubens vendido en subasta el verano pasado por 52 millones de euros, él utiliza las redes sociales para mostrar a todo el mundo y como un trofeo de caza su nueva captura.

No deja de ser el reflejo de la sociedad que está viniendo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain