La Vanguardia

La hermenéuti­ca de Wembley

- Sergi Pàmies Escritor

El aniversari­o de los 25 años de Wembley 92 no llega en el mejor momento. El desenlace liguero y la sensación de haber dilapidado parte de la temporada interfiere­n en la alegría. La directiva tampoco transmite la convicción demostrada por otros proyectos y vive la efeméride como un trámite (el programado diminutivo de partidet es sintomátic­o). En privado, algún directivo afirma que Wembley’92 es el título más celebrado de nuestra historia y que no es fácil asegurar una convocator­ia que no decepcione.

El homenaje al dream team, sin embargo, debería formar parte de una educación sentimenta­l que, en la tribu culé, aún necesitará un par de generacion­es para fosilizars­e como evidencia totémica y superar con naturalida­d el abismo entre quienes lo vivieron y quienes lo consideran una remota batallita. Quizás por eso el entorno del homenaje tiene que combinar el énfasis mediático retroactiv­o, el celo de los albaceas del Estilo, que deben aprender a administra­r la ausencia de Cruyff, la obligación institucio­nal mecanizada y un reducto recalcitra­nte que sospecha que la memoria de Wembley está secuestrad­a por una parcialida­d poco ecuménica. Como motor emocional, se apela a la nostalgia y a la temeraria frase según la cual todos sabemos qué estábamos haciendo el 20 de mayo de 1992, como si a nivel de sismología colectiva Wembley equivalier­a al magnicidio de Kennedy. El problema es que hay miles de culés que no recuerdan dónde estaban, bien porque aún no habían nacido o eran demasiado pequeños, bien porque son demasiado viejos para no sufrir las arbitrarie­dades de la memoria. Y hay otra razón, mucho más incontrove­rtible: desde Wembley los culés hemos vivido tantas alegrías y tan inimaginab­les que la referencia de 1992 ha perdido, pese a tener la grandeza irrepetibl­e de las primeras veces, una trascenden­cia que sólo podrá preservars­e con un continuado esfuerzo de pedagogía.

Por suerte podemos volver a ver la final por YouTube para entender, incluso a través de un partido mediocre (nada que ver con las obras maestras de Roma o Wembley 2011), cuál era el credo fundaciona­l de aquel equipo. Pese a todo, reconocemo­s la presión en ataque, la movilidad (con un Guardiola que, como detalle visionario, lleva el dorsal 10) y una coordinaci­ón que propicia que todos remen a favor de un atrevimien­to que nace en el banquillo y se encarna en la fuerza de jugadores como Koeman, Stoichkov, Bakero o Zubizarret­a.

Pero la revisión de aquellas imágenes también nos golpea con inesperada­s zonas de sombra. En el banquillo, el chicle de Toni Bruins consolidab­a una de las uniones más creativas de la historia, la de Cruyff y Rexach. Cruyff murió prematuram­ente, pero la herida entre él y Rexach sigue abierta. La prueba es que parte de la hermenéuti­ca margina a Rexach del protagonis­mo de la efeméride. En contrapart­ida, se eleva la monumental importanci­a de Cruyff a límites más mitológico­s que humanos. Pero las imágenes más inquietant­es están en el palco, con Jordi Pujol y Josep Lluís Núñez acumulando mandatos mucho antes de imaginar hasta qué punto estropearí­an sus biografías. Los acompaña un todopodero­so Juan Antonio Samaranch, a quien se regatea la posteridad de una calle, como si la historia de las ciudades la escribiera­n sólo los virtuosos del jogo bonito y no, también, los maestros del catenaccio. Y vemos a Pasqual Maragall saludando y comentando, incapaz de dejar de sonreír cuando nada hacía presagiar que la enfermedad lo expulsaría brutalment­e del terreno de juego que más le gustaba. El único elemento que se mantiene ahí, impertérri­to, es Ángel María Villar, que, tanto para el fútbol como para el cruyffismo, representa –con la persistent­e colaboraci­ón del Barça– lo que representa.

El homenaje al ‘dream team’ debería formar parte de la educación sentimenta­l de los culés La revisión de aquellas imágenes también nos golpea con inesperada­s zonas de sombra

 ?? GETTY IMAGES ?? Sobre el terreno. Carles Rexach y Johan Cruyff, en el césped de Wembley, el 20 de mayo de 1992
GETTY IMAGES Sobre el terreno. Carles Rexach y Johan Cruyff, en el césped de Wembley, el 20 de mayo de 1992
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain