El alemán del Bernabeu
Kroos se ha hecho imprescindible para Zidane pese a ser un jugador poco mediático
Toni Kroos se ha hecho imprescindible en el Madrid de Zidane sin hacer ruido. En una plantilla donde los egos compiten entre sí con ferocidad, el centrocampista alemán pasa de puntillas por el vestuario, donde se le tiene por un tipo solitario y, junto a Gareth Bale, el que tiene menos vida social. A diferencia del galés, Kroos se maneja mejor con el idioma español, pero se niega a hablarlo en público. “Es porque es muy tímido”, dicen unos. Otros, quizás más francos, consideran que no lo habla porque es “muy alemán”.
Da idea de cómo es Kroos su comparecencia en la rueda de prensa de la previa del BayernMadrid en Múnich, en los cuartos de final de la Champions. La primera pregunta de la prensa alemana fue si se había adaptado en la capital española a no poder comer las salchichas blancas típicas de Baviera. Como buen alemán, Kroos se tomó la pregunta en serio y contestó sin ironía que “la gastronomía en España no era ningún problema y que en Madrid se comía muy bien”.
Esta era la segunda comparecencia de Kroos ante los medios en toda la temporada. En la primera, el 13 de octubre del 2016, cuando anunció que renovaba su contrato y lo extendía hasta el 2022, la prensa española le pidió si por favor podía decir unas pocas palabras en español (comenzaba su tercer año aquí). El alemán, que siempre exige traductor, se negó. “Entiendo el español, pero para las cosas importantes prefiero el alemán”.
Meses después, el 11 de abril en la previa de Munich, los medios volvieron a pedir a Kroos si podía despedirse con unas palabras en español. Su respuesta fue tan contundente como concisa: “Estamos en Alemania y en Alemania se habla alemán”, todo dicho en la lengua de Goethe.
Los dos últimos jugadores alemanes del Madrid anteriores a Kroos sí que chapurrearon el español. Se trataba de Sami Khedira y Mesut Özil, pero el primero es hijo de tunecino y alemana y el segundo tuvo el turco de lengua materna. Aunque la adaptación de Kroos a la cultura española sea manifiestamente mejorable, en lo futbolístico no ha ofrecido dudas. Nacido hace 27 años en la que fue República Democrática Alemana, en Greifswald, Pomerania Occidental, se ha hecho un hueco en un centro del campo donde tenía la difícil tarea de sustituir a un Xabi Alonso adorado por el Bernabeu.
En su primera campaña de blanco Kroos completó 55 partidos, 36 de Liga. Sus números bajaron algo en la siguiente, en la que se quedó en 44 por culpa de una lesión. Con todo, el año fue mejor porque el equipo ganó la Champions. En la actual, pese a la política de rotaciones instaurada por Zidane, el alemán lleva jugados 46 partidos, 28 en la Liga, e incluso ha superado sus registros goleadores para un jugador como él que suele renunciar a chutar a portería para pasar el balón a un compañero. Lleva tres goles, los dos últimos en los dos últimos partidos, ante el Celta en Vigo y al Sevilla en el Bernabeu.
Kroos sigue sin hablar español en público y es visto un poco como un bicho raro en el vestuario