Ulises, así lo ha escrito, no perdió su patria por razones bélicas, sino por los dioses
intelectualizar su mensaje que, delatado por su mirada y su gestualidad, siempre acaba reducido a lo que es: mero oportunismo. Iglesias parece querer ignorar que no se pueden regalar y pasear libros bajo el brazo y organizar actos pretendidamente intelectuales y al mismo tiempo alquilar autobuses propagandísticos para salir permanentemente en las televisiones. Idea o parida que Iglesias le copió a la vilipendiada plataforma Hazte Oír.
El libro se ha puesto tan de moda que se han apuntado al mismo desde Mercedes Milá, la del famoso bolo, a Risto Mejide, el del sofá, que casi convenció al Ayuntamiento de
Aquí sólo algunos intelectuales como Jordi Llovet pueden hablar de libros. Por eso no necesitan pasearlos. Sin Llovet, que siempre ha cultivado el sentido del humor, muchos seguirían sin entender, por ejemplo, esos versos que Lluís Llach, el del gorro, tomó prestados de Itaca, el poema de Kavafis, y que tanto han equivocado a ciertos catalanes, incluidos algunos obispos. Porque resulta que Ulises, así lo ha escrito Llovet, no perdió su patria por razones bélicas. Fueron los dioses quienes quisieron que se extraviara. Quizá es eso lo que le ha ocurrido a Llach, el del gorro, a quien nunca le agradeceremos suficiente su sinceridad.