Netanyahu teme el abrazo de Trump
La euforia inicial de la derecha israelí por el nuevo presidente de EE.UU. se ha enfriado en los últimos meses
El Gobierno de Beniamin Netanyahu, en plenos preparativos para recibir hoy al presidente norteamericano, Donald Trump, no esconde su preocupación por la intención declarada de éste de lograr un acuerdo a cualquier precio entre israelíes y palestinos. Ayer Netanyahu tuvo que forzar a algunos de sus ministros para asegurarse de que acudan a la recepción del nuevo inquilino de la Casa Blanca, tras descubrir que algunos pretendían no ir.
El diario Israel Hayom, muy próximo al premier israelí, logró una entrevista en exclusiva con Trump, que declaró sin dejar lugar a dudas: “Yo trabajo muy duro para que haya paz. Espero que esto ocurra mucho antes de lo que todos se imaginan, y tengo un equipo que trabaja en ello”. Algunos analistas israelíes destacan que mientras en Riad Trump fue recibido por el mundo árabe suní como un auténtico rey, en Jerusalén más de un ministro sospecha de sus intenciones y el propio Netanyahu teme un “abrazo de oso” de quien supuestamente es el presidente de Estados Unidos “más amigo” de Israel.
Los dirigentes israelíes, incluso aquellos que le aplaudieron cuando prometió desplazar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén y cuando se rodeó de varios judíos norteamericanos en la Casa Blanca encabezados por su yerno, Jared Kushner, ven ahora que Trump se ha negado a que el premier israelí le acompañe al muro de las Lamentaciones, que dedicará sólo 15 minutos a Yad Vashem (el Museo del Holocausto de Jerusalén) y, sobre todo, que ya ha provocado una fuerte crisis entre los servicios de inteligencia de ambos países, al filtrar al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, un delicado secreto supuestamente descubierto por un espía israelí infiltrado en el seno del Estado Islámico en Siria. Según fuentes consultadas por
La Vanguardia, el espía supo que los radicales islamistas estarían preparando un artefacto explosivo, que sería introducido en un ordenador portátil para hacerlo estallar en un vuelo entre Europa y EE.UU. El Mosad israelí advirtió a la CIA, la información fue entregada rápidamente a la Casa Blanca, y aparentemente Trump la reveló al ministro ruso, poniendo en peligro al agente israelí en Siria. En una reunión posterior, los miembros de la inteligencia israelí no se pudieron controlar y protestaron arduamente ante sus homólogos norteamericanos, que no les ofrecieron respuesta.
Netanyahu, viejo conocido de Trump de antes de ser candidato a la presidencia y que se mostró eufórico tras su elección, hace todo lo posible en las últimas semanas por contener sus desacuerdos ante las declaraciones y decisiones del líder estadounidense. Sin embargo, algunos de sus ministros más nacionalistas le preguntan: “Si Trump es tan proisraelí, ¿por qué ha viajado primero a Arabia Saudí? ¿Cómo se ha vuelto tan cercano a Mahmud Abas? ¿Por qué pide a Israel que congele la construcción en los asentamientos? ¿Y por qué pospone ahora su promesa de trasladar la embajada a Jerusalén?”
Lo que está claro es que los miembros de la derecha israelí, que fueron de los pocos que aplaudieron en voz alta la sorprendente victoria de Trump, tienen ahora bastantes dudas.
HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Inquieta que el líder norteamericano insista en un acuerdo de paz y que se haya olvidado de mover la embajada