La reconstrucción, el gran reto
El triunfo de Sánchez le enfrenta a la misión de sellar la paz con líderes territoriales, la mayoría de parlamentarios y los referentes históricos
El triunfo de Pedro Sánchez en las primarias abre numerosas incertidumbres en el PSOE y, por extensión, en el futuro de la actual legislatura en España. En el partido, para empezar, habrá de intentar lograr una estabilidad que, a priori, se presume imposible. No en vano, Sánchez le ha doblado el pulso a casi todos los presidentes autonómicos socialistas y referentes históricos del PSOE. Tiene, por tanto, en su contra a la inmensa mayoría de la principal federación socialista, la andaluza, que representa al 25% del partido. Haber hecho que descarrile el tren que traía a toda velocidad a Susana Díaz a Madrid pasará una elevada factura que Sánchez habrá de intentar neutralizar.
Otros presidentes autonómicos socialistas, además de la andaluza Díaz, como el asturiano, el valenciano o el aragonés, sencillamente, no le tragan. El castellano-manchego incluso amenazó en público –como otros en privado– con dimitir de sus cargos orgánicos en el partido en caso de victoria de Sánchez, ante la imposibilidad, según aducen, de trabajar con él. Todos afrontarán ahora unos congresos regionales difíciles, con fuerte contestación interna. El nuevo líder del PSOE ha intentado calmar en los últimos días todos estos temores y asegura que no va a entrar en “ningún cuestionamiento” de los actuales dirigentes territoriales. Pero sellar la paz con todos ellos será extremadamente difícil. Y ya anunció su propósito de reconvertir el PSOE para que pase a ser “un partido de la militancia, y no de barones”. Como apoyos territoriales sigue teniendo a la balear Francina Armengol y el fundamental de Miquel Iceta.
La victoria de Sánchez también es un mazazo para la mayoría de los referentes históricos, desde Felipe González y Alfonso Guerra hasta José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, que apostaron, con más o menos entusiasmo, por Díaz. Todos ellos, a juicio de un dirigente, habrían quedado ahora “carbonizados”. Y Sánchez habrá de intentar recomponer algún afecto por este flanco.
Más problemas. Sánchez tiene a la inmensa mayoría de los parlamentarios socialistas en su contra, por lo que de nuevo rediseñará sus direcciones y portavocías con pocos fieles a los que poder encargar la tarea. El vencedor de las primarias tiene menos de un mes, hasta el congreso del PSOE del 17 y 18 de junio, para intentar recomponer los platos rotos. Y tratar de fraguar, como ha prometido, una ejecutiva federal de integración… si es que los fieles a Díaz se dejan integrar. Con los dirigentes del equipo de Patxi López, al menos, tendrá menos problemas.
Como resucitado líder de la oposición, además, Sánchez se encontrará con un serio inconveniente al haber renunciado a su acta de diputado en el Congreso. Tendrá que plantar cara a Mariano Rajoy, por tanto, sólo desde Ferraz.
JUAN CARLOS MERINO El resucitado líder de la oposición tiene el inconveniente de haber renunciado a su acta de diputado