El PSC vota como si sólo se presentara un candidato
Sánchez consigue hacerse con cerca del 82% de las papeletas
Los militantes del PSC estuvieron con Pedro Sánchez hasta el final. Con los avales dejaron claro que para ellos su liderazgo no se había acabado y ayer ratificaron su apoyo masivamente en las urnas. Los socialistas catalanes apoyaron a Sánchez con el porcentaje más alto de cualquier otra comunidad, rozando el 82%. Además, ni en las recientes primarias del PSC, ni en las del PSOE del 2014, votaron tantos militantes como lo hicieron ayer. Catalunya podía ser clave y lo fue.
El proceso de avales –6.038 de Sánchez frente a los 974 que obtuvo Susana Díaz– fue una firme advertencia. El número de votos al 100% escrutado (8.302 a favor de Sánchez y los 1.191 de la presidenta de la Junta) evidenciaron que el voto oculto en Catalunya, desde el que se apeló desde esta última candidatura, apenas existió. No hubo sorpresas. Patxi López consiguió 644 apoyos, aunque era consciente tras los avales de que en Catalunya el juego no era ni de dos: no había juego.
Sánchez ha contado con un apoyo masivo de dirigentes en activo de todos los niveles, pero también de exlíderes, así como de militantes de base… De hecho, según algunos de los datos que se barajaban ayer al cierre de esta edición, Sánchez habría podido ganar en casi la totalidad de las agrupaciones del PSC de Catalunya, también –y holgadamente– en algunas de las que se consideraban de los pocos bastiones de Díaz, caso de la de El Prat o Sant Andreu de la Barca. Sánchez también ganó en Cornellà, cuyo alcalde Antonio Balmón fue uno de los firmes apoyos de Díaz.
Los afiliados catalanes se volcaron con el único candidato que considera a España como una nación de naciones y a Catalunya como una nación –apelando al sentimiento y a la identidad, como hace el PSC, sin entrar en cuestiones jurídicas–. Los militantes del PSC cerraron filas con el aspirante que se considera que está más a la izquierda en el PSOE, una posición en la que se siente cómodo el PSC y que, de hecho, forma parte de la hoja de ruta que aprobó en su último congreso. Los afiliados del PSC consideran además a Sánchez como el candidato más sensible hacia la posición delicada que les toca jugar al PSC en Catalunya, un partido catalanista, que se ha quedado en medio de quienes piden la independencia de y quienes no quieren mover ficha desde Madrid. Entre la militancia del PSC no gustó lo que ocurrió en el comité del 1 de octubre –de hecho, Miquel Iceta, se convirtió en uno de los dirigentes más fieles al secretario general–, y mucho menos los ataques que luego lanzaron algunos barones afines a Díaz contra los socialistas catalanes por el no a Rajoy –posición que, aunque internamente en el PSC también contó con sus detractores, sirvió para coser más al partido—.
Tras estos resultados no habrá cambios traumáticos en el PSC. Sí, quizás, que el alcalde de Viladecans, Carles Ruiz, hombre fuerte de Sánchez y que forma parte de la generación que ha tenido más difícil acceder a responsabilidades orgánicas en el partido, gane relevancia.