Manolo Escobar, ¿baza soberanista?
Como soy muy perezoso –los españoles somos así–, no tengo previsto este verano hacer campaña por el no, ni por el sí, ni por el por si acaso...
Hoy deseo quedar bien con el soberanismo y aconsejarles que este verano se dejen de paellas y guitarreo y contraten en todas las fiestas mayores
el Homenaje a Manolo Escobar. Un espectáculo de Miguel Ángel Andújar cuyo estreno mundial aconteció el sábado en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Almería y al que tuve la ocurrencia de asistir.
Garantizo un éxito con los indecisos aunque a cambio sólo pediría protección –a ser posible de la Guardia Civil– para el artista y sus siete músicos, que lo dieron todo el sábado en su afán de evocar al gran Manolo Escobar y alegrar a un público entrañable que ya venía alegrado de casa.
¿Forma parte este espectáculo de la operación Catalunya? Podría ser. Andaba de paseo vespertino por Almería, tierra natal de Manolo Escobar, cuando vi el anuncio. “Habrá rumba, pasodobles y copla y 25 canciones entre las que están sus mayores éxitos”, prometía Andújar en La Voz de Almería. ¡Y qué éxitos! Si sacamos del contexto las letras de Manolo Escobar –asunto sencillo para los propagandistas–, el soberanismo tiene su arma nuclear secreta. Ya imagino a los de Berga al oír: –“Cocidito madrileño, tú eres gloria pura...” –“La española cuando besa...”. –“Cuando se escuchan los cantes de España es imposible sujetarse el corazón, nos saltan las venas y el alma y nos sentimos capitanes del amor”
Yo al artista, el citado Andújar, le veo arrestos para ir de entoldado en entoldado de Catalunya captando apoyos para el sí con la gracia y el desparpajo que gastó el sábado aunque cometió el error de interactuar con el público, muy femenino.
–Vaya, con el espectáculo de Raphael lo mismo. ¡La gente te pide la canción que no tienes prepará! ¡Y qué traca final! A su manera – “no queremos (como si los pobres músicos cantaran en su espectáculo) imitar la voz de Manolo Escobar sino recordar su figura”–, el artista lo dio todo al final para que la gente partiese a españolizar Catalunya y en un in crescendo indescriptible encadenó: Mi carro, El porompompero y ¡Viva España!
Esta última me pilló escaleras abajo, no fuese que el artista –muy placeado en castings televisivos– descubriera que había uno de Barcelona y las señoras me corriesen a bolsazos no por nada personal sino por seguir la juerga.
Camino de casa Puga –fundada en 1870– y disfrutando de Almería, pensé en el entrañable Manolo Escobar, puente afectivo entre Catalunya y España, con aquel patriotismo festivalero que ni él se tomaba en serio, lo cual tranquiliza más que el patriotismo con carro bajo llaves... Y me quedo con lo de “capitanes del amor”.
El homenaje a Escobar de su paisano Andújar, al que asistí en Almería, puede ser el arma secreta del proceso