“La supermanzana puede poner en peligro el Eixample”
A diferencia de otros miembros del gobierno municipal, Daniel Mòdol no es un entusiasta de la supermanzana: “Lo que hace la supermanzana es jerarquizar el tráfico. Se ha entendido que su función es ganar espacio público, pero no es del todo cierto. Todo aquello que suponga especialización de un espacio colectivo puede restar potencial a la ciudad. En esta cuestión, nuestro grupo tiene una postura constructiva, pero creemos que la supermanzana puede poner en peligro tramas como la del Eixample, el distrito cuyo tejido urbano es más democrático, donde todas las calles valen lo mismo. Si pones una estructura como la supermanzana, automáticamente especializas las calles y generas vías de primera y de segunda”. “Si hiciéramos una simulación de las supermanzanas desarrolladas en toda Barcelona –añade el concejal de Arquitectura– de aquí a 30 años tendríamos una ciudad que sería toda ella como Pedralbes, una ciudad residencial, con poca accesibilidad y una movilidad muy baja, que acabaría matando la actividad económica asociada a la ciudad. Hay que reflexionar antes de seguir. Y suerte que han escogido un lugar que no está desarrollado urbanísticamente. Hay que ver cómo puede llegar la actividad a la supermanzana y si así se puede condicionar el desarrollo del 22@”.