Más allá del grunge
Era una de las voces más reconocidas del rock, como recordó Alice Cooper al enterarse de la muerte inesperada, sorprendida, de Chris Cornell. Nacido en Seattle, se podía considerar un superviviente del primer grunge, del sonido que durante los años noventa irradió desde Seattle (EE.UU.), su ciudad natal.
Cornell había alcanzado la fama con Soundgarden, uno de los cuatro grupos de Seattle que lideraron el grunge junto con Nirvana, Alice in Chains y Pearl Jam. La banda se formó en 1984 con el guitarrista Kim Thayil y el bajista Hiro Yamamoto (sustituido por Ben Sheperd), y la incorporación posterior del batería Matt Cameron. Si sus dos primeros álbumes, todavía en los años ochenta, les dieron cierta popularidad y mostraron algunas de sus señas de identidad, especialmente los riffs setenteros de Thayil y la voz portentosa de Cornell, el siguiente, Badmotorfinger (1991), fue el que les otorgó un primer reconocimiento a una personalidad musical más desarrollada, con una entrada en la psicodelia acompañada de estructuras musicales y ritmos complejos e inusuales entonces en el rock duro alternativo. Un disco que costaba entender en la primera escucha pero te dejaba enganchado, inquieto y expectante, que en cada nueva escucha te abría cada vez más matices. Con temas enseña como Rusty
cage, que más tarde versionaría Johnny Cash, o Jesus Christ Pose, una crítica al uso de la religión que les reportó críticas y censura, elementos que les dieron, de hecho, más popularidad entre su público. El paso definitivo a la fama, sin embargo, ocurriría con Superunknown (1994), del cual
Black hole sun se convirtió en un éxito que iba más allá de los fans del rock alternativo para entrar en el mainstream. En 1996 vería la luz Down on the upside, el último disco hasta el retorno ya en el 2012, cuando la banda volvió con un nuevo disco, King animal. También fue el líder y cantante del proyecto Temple of the Dog, un grupo con miembros de Pearl Jam para homenajear a su amigo Andrew Wood, de Mother Love Bone, muerto hacía poco.
Durante los años de separación, Cornell desarrolló una intensa carrera en solitario, empezando con Euphoria morning (1999), un disco que los fans recibieron entre la ilusión y la crítica a causa del tono más tranquilo de su música, característica que no rehuyó en adelante, aunque también se enfrentó a retos como la producción controvertida de Timbaland a Scream (2009). Los últimos años también se desarrolló en la música para cine, y recientemente había publicado la canción The promise, para la película del mismo nombre.
Antes, su nombre se había asociado incluso a James Bond, ya que escribió un tema para Casino
Royale.
Además de Soundgarden, sin embargo, fue la voz de Audioslave, el supergrupo que formó con los músicos de Rage Against the Machine, Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk, después de la marcha de Zack de la Rocha. Con esta formación publicaron tres discos, Audioslave (2002), Out of exile (2005) i Revelations (2006), que lo llevaron a nuevos horizontes musicales y de público. La complejidad y versatilidad de su música y la personalidad y el alcance de casi cuatro octavas de su voz hacen que su ausencia deje un vacío difícil de llenar.
El miércoles, después de un concierto en Detroit, se ahorcó en el lavabo de la habitación del hotel, en circunstancias confusas. Su viuda, Vicky Cornell, emitió un comunicado en que calificó el suicidio de inexplicable, y lo atribuyó a los efectos de un medicamento contra la ansiedad. “Amaba a sus hijos y no se habría quitado la vida conscientemente por el daño que les haría”, dijo. Ciertamente, el músico había pasado por épocas de adicciones, especialmente en el alcohol, pero hacía más de un decenio que las había superado, y se había implicado mucho los últimos años tanto en reflotar Soundgarden como en reavivar la idea de Temple of the Dog, a la vez que mantenía proyectos personales, tanto musicales como alejados de la profesión, como la Fundación Chris y Vicky Cornell para ayudar a niños con problemas por abusos, negligencias o sin hogar.
El paso definitivo a la fama le llegó el año 1994 con el disco ‘Superunknown’