Tres tristes fiestas
Els tres aniversaris Autora: Rebekka Kricheldorf Traducción: Joan Negrié Dirección: Jordi Prat i Coll Lugar y fecha: La Villarroel (hasta el 11/VI/2017)
Los nombres de las tres hermanas que la autora alemana Rebekka Kricheldorf (Friburgo, 1974) se inventó antes o después de escribir Villa Dolorosa o tres cumpleaños fracasados,
son los mismos nombres que los de Las tres hermanas que escribió Anton Chéjov en 1901. Naturalmente, con la referencia al clásico ruso y esta reproducción onomástica directa, la comedia dramática de Kricheldorf se presenta en todas partes con un barniz de prestigio que no tendría si sus personajes se llamaran como la gente corriente de hoy, nacida en la Europa occidental.
El director de Els tres aniversaris, Jordi Prat i Coll, no deja de aprovechar, sin embargo, el parentesco que se adjudica a la obra y habla de esta como de “una pieza que dialoga con mucha ironía con el original” eslavo. Con tanta ironía, diría yo, que el espectador se da cuenta de que Chéjov es una muleta interesada, de la que puede prescindir y la comedia funciona perfectamente.
Las cuatro actrices y los dos actores consiguen, en efecto, un dominio de sus respectivos papeles, difícilmente mejorable. La obra habla de la celebración frustrada de los tres últimos cumpleaños de Irina (Rosa Boixaderas), en compañía de sus hermanas Olga (Victòria Pagès) y Masha (Anna Alarcón), de su hermano Andréi (Joan Negrié) y de la mujer de este, Janine (Miranda Gas), habitualmente embarazada. También les acompaña cada año Georg (Albert Triola), el único amigo casado de Andréi, e individuo circunspecto partidario de la duda sistemática.
La que cada año tenía que ser una fiesta divertida, exultante, con muchos invitados y llena de buenos augurios, resulta ser invariablemente una reunión triste, aburrida, cargada de reproches y celebrada en un caserón progresivamente ruinoso, la residencia habitual de Irina. Ella es la voz cantante del grupo, y con el personaje, bordeando la tragedia, me apremio a decir que Rosa Boixaderas consigue una interpretación esplendorosa, monumental, probablemente la mejor de su carrera.
El director consigue que esta actuación de calidad máxima sirva para poner el listón muy alto a las interpretaciones de los otros personajes, todos perfectamente definidos y convincentes. Empezando por Victòria Pagés, la hermana mayor, ejemplo de moderación y juicio, la única de las tres que trabaja y que ayuda a las otras a llegar a fin de mes. Anna Alarcón vive amargamente el fracaso matrimonial de Masha e intenta seducir a Georg, un perfecto dubitativo Albert Triola.
Caso aparte, con un tono interpretativo desenvuelto, es el de la pareja Andréi y Janine, Joan Negrié y Miranda Gas, jovialmente interesada por la criatura de pañales y por la que les nacerá pronto. Por tanto, se muestra ajena a las desazones del grupo en una actuación muy buena de los dos, seguro que con componente genético de la actriz, que se ha hecho mayor en cuatro días. Por todo, función muy celebrada.