Adiós a un lustro de pesadilla
La calidad de la plantilla, las dosificaciones de Zidane y la reconversión de Cristiano devuelven la Liga al Madrid
El desenlace de Málaga otorga al Real Madrid su Liga número 33 después de cinco años de sequía tras una temporada en la que el equipo de Zinédine Zidane ha estado la mayor parte de las jornadas liderando la clasificación, un triunfo que se vio comprometido de forma seria tras ganar el Barcelona en el Bernabeu a falta de cinco fechas para la finalización del campeonato.
Estas son algunas de las claves que le han permitido al Madrid llevarse el trofeo.
LA OBSESIÓN POR LA LIGA. La Liga era el objetivo prioritario para el club y así se lo hizo ver Florentino Pérez al cuerpo técnico y plantilla desde los primeros días de la pretemporada en Canadá. El Madrid atravesaba su segunda peor racha histórica. Con la ganada ayer en La Rosaleda sólo ha conquistado dos de las últimas nueve. Tras alzar la undécima Champions la temporada pasada en Milán, Florentino transmitió a sus allegados un único mensaje: ahora toca la Liga. El Madrid ha de volver a mandar en España. Lo venía diciendo Diego Simeone desde la campaña pasada. No puede ser que el Madrid no gane la Liga. La profecía del Cholo se ha cumplido aunque con un año de retraso
EL FONDO DE ARMARIO. El Madrid ha diseñado una plantilla para que las rotaciones no rebajen la calidad del equipo: Kovacic, Marco Asencio, Lucas Vázquez, Morata, Mariano, Kiko Casilla y hasta el propio Isco o James han respondido cuando han reemplazado a la primera unidad. De hecho, su rendimiento ha sido tan bueno que muchas veces el debate ha sido si Zidane estaba siendo justo porque la segunda unidad parecía en muchos momentos mejor que la primera. Sólo ha habido dos jugadores que no han dado el nivel: Danilo, autor de una serie de jugadas desgraciadas en forma de autogoles, y Fabio Coentrão que entre lesiones y baja auotoestima ha sido el jugador más marginal de todos.
LA PUJANZA FÍSICA. El Madrid llevaba varios años tratando de robarle al Atlético al Profe Ortega, el preparador físico uruguayo del Cholo Simeone. Sin éxito. Cuando en verano el club contrató a Antonio Pintus del Lyon por petición expresa de Zidane al principio parecía uno más. Luego se ha revelado capital para diseñar las cargas de trabajo y que el equipo llegue al tramo decisivo de la temporada en plena forma. No es casual que el Madrid haya conquistado hasta 17 puntos en los últimos diez minutos de los partidos.
LA POLÍTICA DE ROTACIONES. Hasta esta temporada nadie había implantado una rotación de jugadores tan metódica como la de Zidane. Su gran mérito es que ha conseguido implicar en la misma a Cristiano, quien a sus 32 años ha entendido por fin que no podía seguir con el derroche física que acostumbraba, sin apenas descansos, lo que le hacía llegar fundido al tramo final de cada temporada. Las rotaciones han llegado a ser salvajes. Hasta nueve jugadores descansaban de un partido para otro. El resultado es que veinte jugadores de la plantilla han sobrepasado los mil minutos de juego pero todos están por debajo de los 2.500. El Madrid ha sido quien más equitativamente ha repartido la carga de trabajo en la plantilla. Y Cristiano ha llegado como un tiro al tramo final del curso. En los últimos nueve partidos marcó 14 goles.
LA LESIÓN DE BALE. Bale estaba destinado en la estrategia diseñada por Florentino Pérez a tomar el relevo de Cristiano como el jugador icono del club. Junto a James le consideraba el único candidato potencial a Balón de Oro. Bale comenzó muy bien la temporada, pero con su lesión en el talón en el mes de noviembre todo se torció. El galés tardó tres meses en recuperarse y cuando volvió enlazó ocho partidos pero ya no fue el mismo. Se empeñó en jugar el clásico del 23 de abril “porque le hacía mucha ilusión”, dijo Zidane y no duró ni media hora. Recayó. Desde entonces no ha podido entrenarse con el grupo y su objetivo de volver para la final de Cardiff se antoja un marrón para Zidane. La realidad es testaruda y se impone. Para todos el Madrid juega mejor sin Bale porque cuando no está cambia el esquema. Pasa de un 4-3-3 a un 4-4-2 y ese cuarto centrocampista, generalmente Isco, ayuda a pegar las líneas, el equipo se parte menos y defiende de forma más solidaria. Pocas veces una lesión ha sido tan beneficiosa.
El FACTOR ISCO. El malagueño fue presentado en su día por Florentino Pérez como un jugador diferente. El centrocampista, que hasta la semifinal de la Champions con el Atlético apenas tuvo participación en la competición, ha sido decisivo en la Liga. Su mejor partido fue precisamente en la primera vuelta en el Calderón, pero también resultó capital en la victoria en Gijón.
VICTORIAS AGÓNICAS. Ningún equipo como el Madrid ha sabido rentabilizar los últimos minutos. Ramos empató con un cabezazo en el Camp Nou y también le dio la victoria con otro ante el Deportivo. Goles decisivos fueron los de Kroos al Celta, Isco al Sporting o Marcelo al Valencia.
LA RECONVERSIÓN DE CRISTIANO. El crack portugués va poco a poco camino de reconvertirse en un nueve puro. Sus goles ya no son la culminación de aventuras en solitario. Ahora se mueve en espacios mucho más reducidos y remata de primeras. Su mejor socio es Karim Benzema, un extraño caso de delantero, una especie de nueve y medio.