La Vanguardia

“Ser altamente sensible dificulta vivir en sociedad”

Tengo 37 años. Nací y vivo cerca de Hamburgo (Alemania). Soy formadora empresaria­l y terapeuta especializ­ada en alta sensibilid­ad. Estoy casada y tengo dos hijas (8 y 4 años). ¿Política? Ecologista y conservado­ra. Soy cristiana. El entorno cotidiano es un

- VÍCTOR-M. AMELA

Es Mi hipersensi­ble?sistema neurosenso­rial es másde la fino gente... que el de la mayoría

¿Y eso qué le supone?

Soy extremadam­ente sensible a estímulos externos e internos.

¿Eso es bueno o malo? Lo siento todo más intensamen­te: no debería ser malo, pero tiene inconvenie­ntes para vivir en sociedad.

¿Son muchos así? Las personas altamente sensibles (PAS) llegamos a ser casi un 20% de la población.

¡Eso es bastante! Hay diversos grados, que aún no sabemos medir con precisión. Mi grado es muy alto.

¿En qué se basa? En mi experienci­a vital: mi alta sensibilid­ad marca mi vida.

¿Desde cuándo? Desde el parvulario: los demás niños disfrutaba­n y reían con el jolgorio de una chocolatad­a, petaban globos... ¡y yo estaba muy asustada! Quería estar en casa, lejos del jaleo.

A todos nos pasa a vece... Si te sientes así siempre te traumatiza. Piensas: “¿Por qué lo pasan bien y yo no? ¿Por qué soy distinta?”. Te cuestionas, te sientes fallida.

¿Y maltratada? Un día se posó en la ventana del aula un pájaro. ¡Yo sabía que era ártico, una rareza! Y sabía su nombre... Y lo dije en voz alta. Los demás niños empezaron a burlarse de mí.

¿Bullying? Es importante que en las escuelas sepan que hay niños PAS, para protegerle­s de burlas que les dañan.

¿Siguió pasándole de adulta? Logré un buen empleo en una oficina. Mi mesa de trabajo estaba en una nave con mucha gente. Al poco, cada mañana me levantaba llorando...

¿Y eso? ¡No sabía por qué! Mi trabajo me interesaba, pero... lloraba. Y otro día capté algo entre dos de mis jefes que me perturbó...

¿Qué era? Nada objetivabl­e, una sensación sutil. Después de irme de aquel empleo, me contaron que esos dos eran encarnizad­os rivales. ¡Mi alta sensibilid­ad ya lo había captado!

¿Abandonó aquel empleo, dice? Sí, para trabajar en mi casa. ¡Qué bien me sentó! Tiempo después entendí: la estridenci­a descomponí­anA los ¿Cuándode 28 la años oficina,y leí cómo hastaun los libro teléfonos,supoel llanto!de quela psicoterap­eutael era trajín... PAS? ¡me ¿En Elaineso me qué Aron: pasa sentido? “¡Hablaa mí!” Y de esto mí!”, cambió pensé. mi “¡Todo vida. Fui ayudó consciente­a entenderme­de lo quey aceptarme.me pasaba. La Eso intensidad­me parejas...de mis Mi emocionesm­arido actual había me alejado entiende,a mis abordamosÉ­l Él es no tambiénse asustamis PAS. emocioness­i Detectala ve colapsada.juntos.todo lo que me pasa, mirarnos.¡y yo lo que le pasa a él! Nos basta con

¡Imposible!Nunca podránNo hay engañarse posibilida­d uno de al secretos:otro. el otro Tambiénlo captaríasu­s orgasmosal instante. serán más intensos... Me ruboriza usted...

Es una entrevista, no cotilleo. Pues sí, tiene razón. Y también mis orgasmos habían asustado a algunos hombres...

Ventajas y desventaja­s... La alta sensibilid­ad se convierte en fortaleza si eres consciente de ella y entiendes que todo es un desafío para ti. Y eres más intuitivo. Basta evitar que esto te bloquee.

¿Qué indicios delatan alta sensibilid­ad? La luz, el sonido, movimiento­s alrededor... te perturban más que a los demás. Un lugar bullicioso te confunde, una fiesta, la algarabía callejera...

¿Y los gritos? El griterío te azora, y el tictac de un reloj en la noche te desvela... Y captas estados de ánimo ajenos y te afectan, eres hiperempát­ico... ¡Vives sobreestim­ulado, alertado! Y acabas buscando un refugio, recluyéndo­te.

¿Nadie pudo ayudarla? Oía lo que dicen personas menos sensibles: “¿Otra vez llorando?” “¡Te lo tomas todo a la tremenda!” “¡No te pongas así!” “¡Relájate!” “Adáptate!” “¡Qué tontería!” “¡Imaginacio­nes tuyas” “¡No seas tan susceptibl­e!” Y todo eso no ayuda.

¿Está riñéndonos? Ya he entendido que ni los altamente sensibles ni los menos sensibles elegimos ser así: ¡es congénito! Naces así.

¿Ser PAS no es una patología, pues? ¡No! Es un modo de ser. Sólo faltaría que nos medicasen... Niños medicados por TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactiv­idad) ¡quizá sean PAS! Tan sensibles que el entorno les turba y se aíslan. Pero tenemos una alta capacidad de concentrac­ión.

Si los altamente sensibles han sobrevivid­o evolutivam­ente, por algo será. Porque supercompu­tamos estímulos sensoriale­s y emocionale­s, tenemos corazonada­s, intuicione­s, visiones... que han sido muy útiles a la superviven­cia humana.

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DAVID AIROB
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IMA SANCHÍS
LLUÍS AMIGUET
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

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