Parvulario universal
Los expertos dicen que las habilidades adquiridas a esa edad perduran en el tiempo
Unicef considera que es preciso alcanzar un acuerdo nacional sobre educación, que “es el instrumento más poderoso que tiene la sociedad para combatir la exclusión”, y aboga por promover el acceso universal y gratuito a la enseñanza de 0 a 3 años en toda España.
Unicef lo tiene claro, es preciso alcanzar un acuerdo nacional sobre qué educación queremos para nuestro niños y jóvenes porque “es el instrumento más poderoso que tiene la sociedad para combatir la exclusión”, señalan desde la oenegé. Claro está, ese sistema educativo que nazca de ese pacto (y que luego se transforme en una norma) debe ser inclusivo y garantizar la igualdad de oportunidades de los menores, algo que precisa de recursos personales y materiales. Bajo el lema “Yo pido pacto”, Unicef reunió ayer a expertos, políticos y estudiantes para debatir sobre ese acuerdo y lanzar propuestas. Entre ellas, la de promover el acceso universal y gratuito a la enseñanza de 0 a 3 años. PSOE, Podemos y Ciudadanos son partidarios de la universalización de esta enseñanza.
“Es fundamental porque se ha comprobado que las habilidades adquiridas por los niños que han recibido una educación temprana e integral se mantienen en etapas posteriores, entre los 10 y 15 años”, indicó María Ángeles Espinosa, directora general del Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia.
Esas habilidades de lectura, escritura y matemáticas, que son la base del aprendizaje, así como en las capacidades de desarrollo son aún más beneficiosas en el caso de los hijos de familias vulnerables porque, según Espinosa, les ayuda a permanecer en el sistema educativo y a solventar los problemas de integración.
Para Espinosa, como también para Unicef, es preciso que esa educación infantil se incluya en el pacto y se extienda de manera homogénea por el territorio. En el 2002, en la reunión de Barcelona, se estableció como objetivo que en el 2010 el 33% de los niños meno- res de 3 años estuvieran escolarizados. Según la Encuesta de Condiciones de Vida (módulo de acceso a los servicios), del 2016, el 43,7% de los niños menores de tres años asistió a centros de cuidado infantil. En más de la mitad de los casos (el 54,6%) la familia tuvo que pagar el coste íntegro de este servicio, mientras que en el 22,2% de los casos no abonaron nada. Por nivel de ingresos, la asistencia a centros de cuidado infantil fue mayor en hogares con ingresos elevados (62,5% de los niños), que en los de ingresos bajos (26,3%).
Pero ¿de qué educación hablamos en el tramo de 0 a 3 años? En ningún caso de centros asistenciales (guarda de los niños), sino de centros de estimulación, con proyectos educativos centrados en el desarrollo integral del pequeño, “usando como herramienta el juego. Porque jugar es un derecho de los niños”. Además, piden que se unifique el currículum (entendiendo como tal las habilidades por desarrollar), que se establezcan las ratios por clases y los profesionales que deben asistirlos.
Los niños también estuvieron presentes en la jornada de Unicef, reclamando un pacto, porque la incertidumbre que supone la ausencia de acuerdo en ellos, los profesores y las familias, reconocen, no es nada buena. Edita Pousada y Erika Pascual, miembros del Consejo de Participación Infantil, pidieron deberes, “pero más prácticos”, y “varios exámenes en el trimestre, que te ayuden a estudiar día a día y no jugarte todo a uno”. Y una llamada de atención a sus profesores, esos que defienden el uso de las tecnologías en clase, pero que cuando deben elegir el material de estudio se centran exclusivamente en libros de texto. Estos niños buscan más la interacción que la memorización y quizá haya llegado el momento de dar una vuelta a la enseñanza tradicional.