El souvenir se abre paso en los supermercados
El dudoso gusto es tan intrínseco a la condición humana que dejado a su libre albedrío no hace otra cosa que expandirse como el universo. Y una prueba de ello es la creciente presencia de souvenirs en tiendas de conveniencia, en los supermercados, en los colmados... Muchos de estos negocios están toreando al Ayuntamiento. En principio no están autorizados a vender estos artículos. El fenómeno se está dejando notar sobre todo en la Rambla y alrededores, en el paseo Joan de Borbó y sus calles adyacentes, en las esquinas más transitadas de la ciudad... Los traje de gitana de talla infantil cuelgan junto a los frigoríficos que enfrían la más amplia variedad de refrescos y cervezas, los llaveros y los pins con el nombre de Barcelona se ofrecen muy cerca de las latas de conserva, las gitanas de trencadís se acomodan junto a las botellas de sangría con forma de toro... Pero el dudoso gusto es una cuestión muy subjetiva, de modo que la administración se enfrenta a muchos problemas a la hora de regularlo. Fuentes municipales explican que bazares, librerías, papelerías, estancos, tiendas de deporte, de artesanía, de diarios y revistas y de artículos de viaje pueden dedicar un 20% de su superficie y de su escaparate a la venta de souvenirs. “Además, esta proporción de souvenirs ha de estar relacionada con la licencia del establecimiento en cuestión”. Pero las fuentes reconocen que en la lista de establecimientos autorizados no figuran ni los colmados ni los supermercados ni las tiendas de conveniencia. Otro problema, subrayan, es que el souvenir es un artículo de muy difícil definición. ¿Acaso las botellas de sangría con forma de toro no pueden venderse junto al resto de las bebidas alcohólicas? ¿y los trajes de gitana no podrían tener su espacio con las camisetas? ¿Y una camiseta con el nombre de Barcelona tiene que tener una consideración diferente a otras que...? Además, en muchas ocasiones, la licencia de cada negocio poco tiene que ver con su aspecto.