Xavier Albertí
Identidad y dignidad, ejes de la nueva temporada del teatro
DIRECTOR DEL TNC
El director del Teatre Nacional de Catalunya, Xavier Albertí, presentó ayer la próxima temporada de la institución, en la que las creadoras van a tener un papel fundamental y en la que volverá la danza e incluso habrá una ópera bufa.
Al Teatre Nacional de Catalunya (TNC) le ha ido muy bien el curso que está a punto de acabar. Nada menos que un 83% de ocupación. Que espera repetir en la próxima temporada, cuyos ejes centrales, según explicó ayer el director del teatro, Xavier Albertí, son dos palabras que considera sinónimas: identidad y dignidad. Una temporada en la que habrá una gran presencia de creadoras y en la que volverá la danza –con la fascinante Sasha Waltz–, Maria del Mar Bonet celebrará 50 años en escena y se verá incluso una ópera bufa: Lo
Speziale de Haydn, con libreto de Goldoni. Una temporada en la que el gancho popular será de nuevo Àngel Llàcer, que tras triunfar durante dos temporadas en el TNC con Molt soroll
per no res será protagonista junto a Joel Joan nada menos que del Frankenstein de Mary Shelley.
Una novela que aborda los dilemas que ocasiona la ciencia al transformar las posibilidades del mundo y que hace seis años el National Theatre de Londres llevó a escena con gran éxito dirigida por Danny Boyle y con Benedict Cumberbatch como protagonista. En el TNC la dirigirá Carme Portaceli a partir del 15 de febrero en la Sala Gran en una adaptación realizada por el cineasta Guillem Morales.
Portaceli será una de las cuatro directoras teatrales, todo un hito, que este año pasarán por el TNC. Helena Pimenta dirigirá la Compañía Nacional de Teatro Clásico con El perro del hortelano. Carlota Subirós volverá a enfrentarse a Guimerà con Sol solet, un título aparentemente infantil para un triángulo de pasiones cargado de sexualidad. Y Alícia Gorina dirigirá Blasted (Rebentats), de Sarah Kane, autora demoledora que se suicidó con sólo 28 años en 1999 y aún así ha marcado el teatro posterior. Pere Arquillué y Marta Ossó serán dos antiguos amantes en una historia llena de violencia.
La presencia de creadoras será aún mayor: este año el epicentro patrimonial no recupera autores de otros siglos sino a una que triunfa ahora: Lluïsa Cunillé (Badalona, 1961), de la que se estrenará Islàndia, una reflexión sobre el sistema económico actual que lleva el mundo a la depresión y la ruina. De Cunillé se recuperará además su obra más internacional, Après moi, le déluge, convertida en una ópera de cámara por Miquel Ortega y dirigida por Jordi Prat i Coll. Islàndia la llevará a escena el propio director del TNC, Xavier Albertí, que también será responsable de otro montaje de dramaturgia catalana actual: Temps salvatge, de Josep Maria Miró, un autor que arrasa por el mundo con El principi d’Arquimedes
y ahora reflexiona sobre cómo la sociedad aprovecha la emigración para proyectar en ella lo podrido que lleva dentro.
Temps salvatge cerrará la temporada en la Sala Gran. La obra que la abrirá el 19 de octubre será Desig sota els oms, pieza de Eugene O’Neill que dirigirá Joan Ollé y que según Albertí permitirá “entender mejor el fenómeno Trump en la Casa Blanca”. David Selvas abordará La importància de ser Frank, de Oscar Wilde. El uruguayo Gabriel Calderón dirigirá a intérpretes catalanes en Que rebentin els actors, sobre los estragos de una dictadura. Y justamente una niña robada argentina revivirá su historia real en Claudia, de la compañía La conquesta del Pol Sud. Otra compañía, La Virgueria, adaptará la novela Medusa, de Ricardo Menéndez Salmón. Y Nao Albet y Marcel Borràs montarán un policiaco: Falsestuff. Una propuesta especial será Parlàvem d’un somni, adaptación de Jordi Coca de un diálogo entre Pasqual Maragall y Maria Aurèlia Capmany en 1984 sobre su modelo de ciudad: la cultura entonces era clave.