La Vanguardia

La Copa de despedida

El Barça busca despedir la era Luis Enrique con un título ante un Alavés entusiasma­do

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

El Barcelona cierra la presente temporada, la última de Luis Enrique en el banquillo, con la disputa de la Copa del Rey en el Vicente Calderón, que también acoge el último partido antes de su demolición.

El barcelonis­mo no está especialme­nte entusiasma­do con la cita de esta noche, pero se trata de una final singular en muchos sentidos. Más que un partido por un título es un encuentro que conlleva una triple despedida. Es el último duelo de la temporada para el Barça, el último de la era Luis Enrique en el banquillo blaugrana y la última noche de fútbol en el Vicente Calderón, casa del Atlético pero también estadio donde el Barcelona ha vivido emociones de muy distinto pelaje, en especial en las tres temporadas en las que el asturiano ha dirigido al conjunto barcelonis­ta. Una victoria no salvará la campaña para los Messi, Neymar y compañía pero sí serviría para decir adiós de una manera más digna a un entrenador laureado, que conseguirí­a su noveno trofeo. Por el contrario, una derrota constituir­ía el peor colofón posible para el ejercicio y más teniendo en cuenta la semana tan convulsa que ha sufrido el club y su entorno por los distintos frentes judiciales.

Delante, el Barça tendrá a un rival y a una afición que viven por y para este partido desde hace meses, no como la parroquia blaugrana, que no se encuentra en el mejor momento anímico. Quizá por eso Luis Enrique, en su última rueda de prensa en la Ciutat Esportiva, quiso mostrar una cara más distendida y menos cortante de lo habitual. A la hora de repasar su trayectori­a enseñó un talante que muchas veces ha ocultado. “Me quedo con todo de mi experienci­a en el Barça. Quedarse sólo con lo bueno sería muy fácil y recordar lo malo no tiene sentido. Todo han sido experienci­as enriqueced­oras y bonitas. Me ficharon para que ganara títulos y hacerlo al estilo Barça y hemos sido fieles”, explicó. Estaba sembrado y hasta recurrió a la parábola del abuelo, el nieto y el burro para explicar que no se arrepentía de nada. “Da igual lo que hagas. Al final siempre habrá quien te diga que no lo has hecho bien”, reflexionó. Su conciencia está muy tranquila y los números se encuentran de su parte si el análisis se hace sobre el conjunto de su ciclo. “Si me hubieran dicho cuando llegué que íbamos a ganar ocho o nueve títulos lo habría requetefir­mado”, sentenció.

Estaba de tan buen humor que ni siquiera descartó que en el futuro pueda volver al banquillo barcelonis­ta. “Nunca digas nunca jamás. Soy joven, simpático, agradable. Lo tengo todo. ¿Por qué no voy a volver al Barça? Igual dentro de un tiempo vuelvo”.

Si hay que hacer caso a lo expuesto ayer por Gerard Piqué, la marcha de Luis Enrique puede ser un acicate para hoy, en lo que tendría de homenaje al asturiano. “Se merece un buen final. Ha sido uno de los mejores entrenador­es de la historia del Barça. En el vestuario nos ha acabado conquistan­do a todos. Han sido tres años muy bue-

nos”, se extendió el central.

Es la primera vez que el Alavés se encuentra en disposició­n de ganar la Copa y toda Vitoria luce engalanada. Mientras, para el Barcelona es la final número 40 en la competició­n, en la que busca su vigésimo noveno título. La diferencia de historial es abrumadora. Ahora, bien harán los de Luis Enrique en tratar de igualar la motivación y el entusiasmo de los jugadores de Mauricio Pellegrino. “Para el Alavés es un evento único. Puede ser que estén más ilusionado­s, pero en lo que es ambición no he visto un grupo más ambicioso que mis jugadores. Puede que los futbolista­s del Alavés sufran un exceso de tensión porque no están acostumbra­dos a las finales”, razonó Luis Enrique.

Para afrontar el encuentro que dará carpetazo a su etapa el asturiano confeccion­ará un once especial, a la fuerza. Salvo sorpresa, Cillessen, que no juega desde hace tres meses y medio, estará en la portería, como ha sido norma en la Copa. A partir de ahí el gijonés cuenta con las bajas de Sergi Roberto y Luis Suárez. Se espera que la del lateral la cubra Javier Mascherano, ausente por lesión en los últimos partidos, mientras que en el eje del ataque el favorito para estar en el once es Paco Alcácer. Otra novedad en la alineación debería ser la de Gerard Piqué, que no jugó contra el Las Palmas y el Eibar por su virus estomacal, pero que ya se encuentra recuperado. “Estoy ya muy bien. Es una final y aquí estamos para jugar finales”, confirmó Piqué. Aunque Luis Enrique no quiso dar pistas e incluso especuló con que Aleix Vidal, que acaba de incorporar­se al grupo, pueda tener sus opciones. “Veremos si los médicos le dan el permiso”, comentó el técnico.

En el bando de Pellegrino no está disponible un central habitual como Víctor Laguardia, que fue intervenid­o de la rodilla. Pero el resto de titulares del equipo blanquiazu­l sí que saltarán al terreno de juego, como Theo Hernández, el lateral pretendido por el Barça que fichará por el Madrid. Lo normal es que el Alavés se pertreche atrás, tal y como hizo en la victoria en el Camp Nou (1-2) del mes de septiembre.

Han cambiado muchas cosas desde entonces. Se cierra una era en este Barça que no gana para polémicas. En los pies de los jugadores está terminar con una sonrisa.

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 ?? ÀLEX GARCIA ?? Buen humor. Luis Enrique bromeando con el que ha sido su ayudante en las últimas temporadas, Juan Carlos Unzue, ayer durante el entrenamie­nto del Barcelona en la Ciutat Esportiva Joan Gamper
ÀLEX GARCIA Buen humor. Luis Enrique bromeando con el que ha sido su ayudante en las últimas temporadas, Juan Carlos Unzue, ayer durante el entrenamie­nto del Barcelona en la Ciutat Esportiva Joan Gamper

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