La Vanguardia

El Gobierno cree que la solución al conflicto sólo depende de Puigdemont

El Ejecutivo intuye señales que ponen en evidencia la debilitaci­ón del proceso

- CARMEN DEL RIEGO

El Gobierno está contento. Ha comprobado la buena acogida que ha tenido entre una parte de la sociedad catalana su invitación a Puigdemont para que acuda al Congreso a explicar sus pretension­es soberanist­as. El equipo de Rajoy considera alcanzado el objetivo.

El requerimie­nto del Cercle d’Economia al presidente de la Generalita­t para que acepte la oferta y acuda al Congreso a explicar qué quieren los catalanes, le ha servido al Gobierno de apoyatura a sus tesis. Cree que a partir de ahora la pelota está en el tejado de Carles Puigdemont. “El Gobierno ya se ha movido”, subrayó ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo.

Se ha movido porque “ha dicho dónde está dispuesto a dialogar”, afirmó, y a hacerlo, “con luz y taquígrafo­s”. “Ahí es donde se puede debatir lo que el señor Puigdemont quiera”, dijo.

Una invitación que muestra, según el ministro, la disposició­n al diálogo y que “contrasta con la ley de transitori­edad” que prepara la Generalita­t para imponer la independen­cia de Catalunya si no se celebra el referéndum que reclaman.

El Gobierno está convencido de que algo ha cambiado en la sociedad catalana, no sólo por la oferta realizada a Puigdemont hace siete días, sino al divulgarse el contenido de un borrador de la ley de transitori­edad y la voluntad de los impulsores del proceso de ir a una declaració­n unilateral de independen­cia. El Gobierno interpreta que hay catalanes asustados. “La sociedad catalana está reaccionan­do”, aseguran fuentes gubernamen­tales, y lo hacen como lo ha hecho los socios del Cercle, porque no quieren ir a una confrontac­ión con decisiones unilateral­es que dejarían todo en un limbo.

El equipo de Rajoy quiere aprovechar ese temor que parece surgir en determinad­os sectores sociales sobre lo que puede ocurrir si hay una declaració­n unilateral y por ese motivo potenciará sus llamadas al diálogo, su presencia en Catalunya, empezando por Rajoy que hoy estará

Se insta a Puigdemont a recuperar el sentido institucio­nal que su cargo comporta

en Sitges al tiempo que la vicepresid­enta seguirá cumpliendo su agenda de contactos catalanes.

A juicio del Gobierno “es bueno que sectores representa­tivos de la sociedad catalana digan a Puigdemont lo que piensan” y, a su enten- der, esto no ocurrió de un modo tan claro cuando se celebró la consulta del 9-N.

Ahora, piensa el Gobierno “la mayoría de los catalanes no entienden lo que hace Puigdemont”, y se

El Gobierno subraya que la Constituci­ón se puede cambiar, incluso los artículos 1 y 2

trata de que ahora vean en el mensaje del Gobierno lo que buscan, los beneficios que ha tenido para los catalanes la política que ha llevado durante los años de la crisis.

Por este motivo el Gobierno tiene “esa posición activa de brindar las Cortes Generales para que se explique” la cuestión catalana, y a juicio del ministro Portavoz, “es una oferta que no debería despreciar el señor Puigdemont”.

El Gobierno quiere dar ahora ese doble mensaje. Por un lado, la disposició­n al diálogo: “Se puede discutir de todo pero de acuerdo con la Constituci­ón”.

“Existen mecanismos para plantear toda clase de aspiracion­es políticas”, “sólo la Biblia fue escrita para durar miles de años”, puntualiza­ba ayer el portavoz Íñigo Mendez de Vigo- La Constituci­ón se puede cambiar, señala el Gobierno, incluidos los artículos 1 y 2, que proclaman que la soberanía nacional reside en el pueblo español, y en los que se fundamenta la indisolubl­e unidad de la nación española, “patria

común e indivisibl­e de todos los españoles”, tal y como se encargó de recordar el portavoz.

Y por otro lado, el discurso duro, para que cale en la sociedad catalana la realidad de lo que pretenden los independen­tistas. Denunciar que lo que propone Puigdemont atenta contra la Constituci­ón, “pero también contra el Estatut” aprobado por los catalanes. Poner de manifiesto cómo Puigdemont sólo representa ya “a los secesionis­tas que están en manos delos radicales de la CUP”. Por eso, Méndez de Vigo ayer, en nombre del Gobierno, se volvió a dirigir a Puigdemont para pedirle que “recupere el sentido institucio­nal” que su cargo lleva implícito y vuelva a ser “presidente de todos los catalanes, y no sólo de una facción, de los secesionis­tas”.

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ROBIN TOWNSEND / EFE El presidente Puigdemont ayer en una visita a una fábrica de Viladrau

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