El clima electoral se instala en el pleno a dos años de los comicios
El grupo Demòcrata saca adelante una reprobación al gobierno de comunes y socialistas
Las hostilidades se multiplican en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona. Faltan dos años, pero es como si las elecciones fueran a celebrarse pasado mañana. Ahora los ataques no se dirigen principalmente hacia el gobierno de la alcaldesa Ada Colau. Ahora todos los concejales reparten sus mandobles a diestro y siniestro. Ahora todas las formaciones están en el punto de mira, se atacan unas a otras. La llegada del ecuador del mandato está desatando un clima muy electoralista en la ciudad, un clima de confrontación tan adelantado, exagerado y precipitado como el inusitado calor de estos días. Turismofobia, más incivismo, más inseguridad, la guerra de las terrazas, una nueva burbuja inmobiliaria...
Todos los grupos de la oposición están haciendo unas lecturas muy catastrofistas de la ciudad, todos entienden que la realidad está acosando al gobierno de Colau, iluminando su creciente debilidad luego de dos años de gobierno. Dicen que la ciudadanía ya se está dando cuenta de que los comunes y los socialistas no tienen un verdadero proyecto, que simplemente improvisan y gobiernan a golpe de gestos y de titulares. Y de repente todos los grupos de la oposición entienden que tienen mucho que ganar, que pueden postularse como seria alternativa o al menos como elemento clave de cualquier pinza o coalición. Es el momento de tomar posiciones. Ayer se zurraron todos una barbaridad. Reflejo de ello fue que durante toda la sesión plenaria primaron sobre todo las ingeniosas recriminaciones entre unos y otros mientras que, como ya viene siendo habitual, la acción de gobierno se antojó muy escasa.
De este modo, el grupo Demòcrata, el principal grupo de la oposición, logró sacar adelante su dura reprobación de los dos primeros años de la era Colau. Únicamente votaron en contra de la condena al gobierno los ediles de BComú, el PSC y la CUP. A Joaquim Forn le faltaban reproches. “Ganaron las elecciones a base de promesas mágicas –dijo el portavoz del grupo Demòcrata–, ya no pueden decir que la culpa de todo es de la herencia que recibieron, se están dando cuenta DE que hacer política es mucho más complicado que hacer tuits y fotos...”. Etcétera. “Ustedes –agregó la líder de Ciutadans, Carina Mejías–, a pesar de llevar dos años gobernando, siguen instalados en el activismo”. “Estamos muy decepcionados –apostilló el republicano Alfred Bosch–. Si el cambio era dar la atención domiciliaria a Florentino Pérez...”. “Barcelona en común o Barcelona comunista –dijo el popular Alberto Fernández–. Ustedes excluyen a todos los que no piensan igual”.
En este clima belicoso conseguir cualquier apoyo no resulta sencillo. El PP vio como su intento de condenar los dos años de gestión del gobierno de Colau encontraba tantos apoyos como rechazos. ERC esta vez prefirió abstenerse para no posicionarse al lado de los populares y el alcalde accidental, Gerardo Pisarello, hizo uso de su voto de calidad para tumbar la segunda reprobación de la jornada. Hasta hace muy poco las condenas de la acción de gobierno encontraban eco de un modo mucho más sencillo. Pero en estos momentos la situación se es-
TODOS CONTRA TODOS Los grupos ya no atacan sólo a Colau, ahora multiplican el desgaste mutuo
OPOSICIÓN VARIABLE ERC se niega a dar apoyo al PP y frustra la condena presentada por los populares
tá enrareciendo. Y a medida que Forn trata de disipar dudas, de reforzar su imagen como futuro candidato a la alcaldía en el 2019, el resto de las formaciones de la oposición lo convierten en el segundo enemigo por batir. “Señores de Convergència –espetó, con muy mala intención, María José Lecha, de la CUP–, están dando el espectáculo. No traen ninguna propuesta constructiva, no plantean nada positivo. Es una pena que comencemos la campaña electoral dos años antes de lo previsto. No queremos convertir el pleno en un programa de Sálvame Deluxe. Y dejamos ya esta cuestión porque tampoco queremos perder más tiempo”. Además, los demócratas vieron como se daba luz verde a la creación de una comisión que se dedicará a indagar sobre su gestión en el periodo 20112015, es decir, el mandato del alcalde Xavier Trias.
Los concejales demócratas se abstuvieron para poner de manifiesto que están convencidos de que no tienen nada que ocultar y que lo más probable es que todo acabe en “un circo muy mediático”, apostilló el concejal Jordi Martí. Pero el resto de los ediles votó a favor de la creación de esta comisión propuesta por Cs. De todas formas, los mandobles fueron repartidos a diestro y siniestro.
La teniente de alcalde de Urbaalcalde nismo, Janet Sanz, acusó a los republicanos de esconder las vergüenzas de los demócratas, el republicano Alfred Bosch acusó a los de Ciutadans de no querer ampliar las pesquisas al mandato del Jordi Hereu, Carina Mejías le respondió que Ciutadans apuesta por la regeneración democrática que los republicanos podían haber llevado a cabo hace mucho tiempo pero que sólo Dios sabe por qué... Esta tirantez entre ERC y Cs va más allá de sus diferencias de toda la vida. Y es que, en principio, esta comisión de investigación iba a estar presidida por la republicana Montserrat Benedí, y a versar únicamente sobre la gestión de Barcelona Regional durante la época del teniente de alcalde convergente Antoni Vives al frente, pero Ciutadans maniobró y logró ampliar las pesquisas que había de realizar la comisión y además se hizo con su presidencia.
Y encima, retomando la retahíla de circunstancias incómodas vividas por el grupo Demòcrata durante el pleno de ayer, el hijo prófugo, el concejal no adscrito Gerard Ardanuy, se mostró mucho más cerca de las posiciones del resto de grupos que de las de sus excompañeros de filas. Y es que Ardanuy presidirá la comisión de estudio prevista sobre la conexión por transporte público de las dos líneas del tranvía a través de la avenida Diagonal. Su nombramiento fue propuesto por el propio gobierno municipal. De esta manera, el concejal no adscrito, a pesar de no poder constituir grupo propio, podrá disfrutar de al menos un asesor que le ayude a ir un poco más desahogado. Ayer agradeció al gobierno municipal la confianza depositada en él y aseguró que tratará todas las cuestiones relacionadas con la prolongación del tranvía con una indiscutible neutralidad.