La Vanguardia

Landa y Quintana gritan aleluya

El alavés gana la etapa que tanto merecía y el colombiano logra recuperar la maglia rosa

- CARLES RUIPÉREZ Barcelona

Aleluya. Cansado de perder etapas de montaña en la última curva, por un golpe de riñón o por medio tubular, Mikel Landa (Sky) entendió que la única forma que tenía de ganar una etapa en el Giro era a lo grande, en solitario, acompañado únicamente de su propia sombra. Tenía que ser así, parecía que sólo podía ser así y así fue. Lo hizo porque acaba la corsa rosa pletórico, como auténtico rey de la montaña. Por fin levantó los brazos. Por fin remató su buen trabajo. Y lo celebró con una bufanda azul y blanca, los colores de su Alavés.

Por cuarta vez en una semana, el escalador vasco se metió en la escapada –daba igual que fuese sábado, martes, jueves o viernes, ahí estaba él entre los fugados– y sobrado como iba los dejó plantados a todos a falta de diez kilómetros, en las rampas más duras en la subida a Piancavall­o. Ni Rui Costa ni Rolland pudieron seguirle. Landa, cogido a la parte baja del manillar, en la posición que inmortaliz­ó Pantani, ya no miró atrás hasta la meta, donde tuvo tiempo de saludar a unos aficionado­s con una ikurriña.

Nadie pudo hacerle sombra. Nadie lo ha intentado tanto como él en este Giro. Nadie ha dado tanto espectácul­o. Y ayer demostró que segurament­e es el ciclista más fuerte de la carrera. No la ganará en parte porque una moto de un carabinier­e le hizo caer en la etapa del Blockhaus y perder 27 minutos. Está claro que sin ese tiempo cedido Landa no dispondría de la libertad de la que ha gozado y estaría sometido a un marcaje mucho más estricto por parte de los favoritos pero su exuberanci­a, su poderío y su insistenci­a día sí y día también contrastan con la igualdad de los primeros de la general, que vuelve a encabezar Nairo Quintana, otro que ayer pudo gritar aleluya al poder arrebatar el rosa a Dumoulin.

“A ver si pierden ellos el podio”, advirtió en la previa Dumoulin a Quintana y Nibali por su tacticismo. Un poco más y quien se deja el Giro es el holandés. El colombiano y el italiano quisieron hacerle pagar su soberbia. Y le atacaron cuando menos se lo esperaban. A 130 km de la llegada y en una bajada.

Movistar, gracias a la buena vista de José Joaquín Rojas, se dio cuenta de que Dumoulin no iba bien colocado.

EL DESGASTE SURTE EFECTO Nairo, Nibali y Pinot sorprenden en un descenso a Dumoulin, que paga el susto en la última subida

Y entre el equipo de Quintana, el Bahrain de Nibali y el FDJ de Pinot se pusieron a tirar en bloque hasta que el pelotón se partió en dos. “Ha sido un error de rookie .Me he quedado cortado en un descenso. El equipo me ha salvado. Podía haber sido mucho peor”, revelaba Dumoulin, ahora segundo a 38s.

No sólo fue su equipo. También el Trek y el Orica, cuyos líderes también se despistaro­n, le ayudaron a contactar. La tensión fue tal que Alfacci (Trek) le tiró un bidón de agua a la espalda a Sutherland (Movistar). En la última subida, Dumoulin pagó el calentón innecesari­o y se descolgó pronto de los mejores. Perdió 1m21s con Pinot. Pero hoy le esperan más ataques.

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LUK BENIES / AFP Mikel Landa celebra su sensaciona­l victoria de ayer

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