La patronal Astic avisa de la creciente dificultad para encontrar camioneros
El gran comercio electrónico atomiza el sector, según los empresarios del transporte Las empresas temen que se extienda un modelo de negocio en el sector similar al de Uber o Cabify
El transporte por carretera, especialmente el de mercancías de larga distancia, está perdiendo atractivo para trabajar, según la patronal Astic, que agrupa a 210 grandes empresas del sector, tanto de viajeros como de productos. La recuperación de la economía está despertando el empleo en actividades que compiten por el mismo mercado laboral. Y con más oferta donde elegir, la demanda prefiere los puestos de trabajo cercanos a los lugares de residencia antes que los que obligan a pasar varios días o semanas fuera. Así, empieza a haber carestía de camioneros. El fenómeno no es sólo español, también se da en países como Alemania, donde se calcula que faltan 65.000 camioneros o en Bélgica y Holanda que, conjuntamente, tienen un déficit de 100.000, según los cálculos de las organizaciones empresariales.
“Tenemos un problema grave, vemos que el repunte de sectores como el la construcción nos está afectando, la gente prefiere ganar algo menos de dinero, pero trabajar cerca de sus domicilios”, lamentó ayer el presidente de Astic, Marcos Basante, en el marco de la celebración, en Barcelona, de la 40.ª asamblea de la entidad.
Hay elementos que no ayudan a equilibrar la situación, destacó el responsable de la patronal, como el actual régimen de descansos, que dificulta que los conductores de larga distancia los disfruten de ellos en sus domicilios. Para que esto sea más fácil, Astic ha solicitado flexibilizar el sistema sin que suponga aumentar el tiempo de actividad. Consiste en poder alargar el actual límite de seis periodos de trabajo de 24 horas, hasta un máximo de nueve, antes del siguiente descanso semanal, el cual se vería proporcionalmente ampliado según los días trabajados.
Esta propuesta, conocida en el sector como vuelta a casa, cuenta con el apoyo de organizaciones de transportistas de Portugal, la República Checa, Irlanda, Lituania, Grecia y Polonia –todos ellos países de la periferia de la Unión Europea desde los que las rutas suelen ser especialmente largas– y ha sido trasladada a la comisaria europea de Transportes, Violeta Bulc, para que se incluya en el paquete de medidas para la carretera que se prevé aprobar en breve. Basante no es optimista y teme que finalmente se opte por un modelo que “tratando de contentar a todos acabe no gustando a nadie”.
La expansión de nuevas formas de comercio electrónico a gran escala –en referencia a Amazon y similares– está complicando las cosas en el sector, según Astic. Estos, como otros grandes cargadores de nuevo cuño, constituidos en potentes lobbies, buscan máximos ahorros en logística y presionan los precios a la baja. Este fenómeno, explicó Basante, “hace que el sector se atomice mucho más” de lo que ya está, y se vaya a un modelo “con muchos autónomos” que, según el presidente de Astic, podría acabar funcionando como Uber o Cabify. En este escenario, prosiguió, “las empresas, que tenemos unos convenios que cumplir, no podremos competir”. Las cotizaciones medias a la seguridad social que se pagan en el sector están cerca de los 800 euros mensuales.
Las empresas que forman parte de Astic tienen un promedio de 80 vehículos propios, mientras que la ratio del conjunto del sector en España es de tan sólo 2,8, muy por debajo, por ejemplo, de Portugal, que tiene 12. El transporte por carretera –de viajeros y de mercancías– factura 32.000 millones de euros al año y cuenta con 565.000 empleados y 487.000 vehículos. Las asociadas a esta patronal ingresan 5.000 millones y tienen 21.900 trabajadores y 16.000 camiones.