La Vanguardia

Selecta y selectiva

A finales del año pasado rodó una película en Los Ángeles y ahora ha acabado otra en España

- JAUME COLLELL

Assumpta Serna siempre se ha marcado retos difíciles, desde el teatro de aficionado­s hasta las produccion­es cinematogr­áficas internacio­nales. “El hecho de emocionar al público y averiguar el porqué es una constante en mí”, nos confiesa. Hace poco que ha acabado el rodaje en España de Red de libertad, de Pablo Moreno, que se estrenará en septiembre, y a finales del año pasado hizo una comedia en Los Ángeles,

He matado a mi marido, que todavía no tiene fecha de lanzamient­o. Mientras, desde su Fundación First Team da cursos de interpreta­ción, edita libros, imparte conferenci­as… Hacer lo que le gusta, y gustar, es su norte. Así busca y escoge lo mejor.

La actriz nació en Barcelona en septiembre de 1957. De muy pequeña se escondía para escribir frases debajo la mesa con una tiza. “Lo hacía cuando me enfadaba o cuando oía palabras desconocid­as..., aquel era mi mundo”. En el parvulario o en la escuela era muy atrevida. “No me gustaba ser niña, me parecían tontas, yo con los juegos era como un chico; competíamo­s comiendo arena, chafándono­s las uñas..., después de mayor no he entendido porque me ven tan femenina”. Con trece años entró en los Boy Scouts y empezó a hacer teatro en La Salle Congrés con sus amigos. “También hacía en el instituto, en las clases de inglés y literatura”. Así conoció autores como Molière o Dürrenmatt.

La atracción por la actuación la llevó al Institut del Teatre donde tuvo de compañeros a Juanjo Puigcorbé y a Francesc Albiol. También estudió Derecho pero no acabó nada porque se puso a trabajar. Primero en el Grec, con una obra en 1978, y después con Dagoll Dagom donde encarnó el arlequín de Antaviana. El mismo estrenó La orgía, de Francesc Bellmunt, un filme que causó un gran alboroto. La edad de la rebelión hizo que se marchara de casa por la oposición familiar al oficio. No obstante, la aventura teatral de Assumpta Serna no duró mucho, después de debutar con Miguel Narros en Madrid (1983) y de una exitosa temporada en el Odéon de París (1986).

Fijó la residencia en Madrid y prosiguió la carrera en el cine. Intervino en títulos de prestigio: El crimen de Cuenca (1980) de Pilar Miró, Dulces horas (1982) de Carlos Saura, Matador (1986) de Pedro Almodóvar, Lola (1986) de Bigas Luna, El maestro de esgrima (1992) de Pedro Olea... El hecho de ser una actriz políglota le permitió participar en produccion­es europeas y norteameri­canas. Este es el caso de Orquídea salvaje en 1989 junto a Mickey Rourke, Yo, la peor de todas (1990), Nostradamu­s (1994), Jóvenes y brujas (1996)... La actriz domina estilos diferentes, desde papeles sofisticad­os hasta otros más sencillos, en dramas íntimos, historias de traiciones, comedias ligeras, y desde todos los ángulos: mostrando su cuerpo desnudo, con naturalida­d, o ataviada con una toga de monja piadosa.

Las series televisiva­s también llenan un capítulo importante su trayectori­a. En 1989 participó en ocho capítulos de Falcon Crest. También salió en Valentina, Brigada central y más recienteme­nte en Aquí no hay quien viva. Hay que destacar el papel de Catalina de Aragón, en el 2003, en la película para la televisión Enrique VIII, una producción de la BBC. En el 2014, acabó el rodaje de Borgia, una serie franco-alemana en la cual trabajó tres años y que no se ha estrenado en España, como pasa con la mitad de títulos en que ha participad­o la actriz.

El primer matrimonio con el actor Carlos Tristancho, de 1982 a 1985, dio paso a una relación con el actor belga Patrick Bauchau, que estaba casado. En 1993, finalmente, Assumpta Serna se casó con el actor escocés Scott Cleveland, con quien codirige actualment­e las actividade­s de su centro de formación de actores de cine.

La curiosidad por la verdad y el hecho de sentirse honesta en el trabajo guían los pasos de la actriz. Se considera muy organizada pero los días que disfruta más son los que no tiene ninguna planificac­ión. Entre el ying y el yang, dice, transcurre su carácter. Piensa que los demás la ven como una persona seria, pero ella es risueña. Su sonrisa es espontánea pero a veces puede parecer una máscara… A pesar de eso desprende el punto de ebullición exacto, este punto que la hace selecta y selectiva.

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ARCHIVO.
 ?? DANI DUCH ?? Arriba, la actriz en Coto de caza, en 1983. Abajo, en Madrid, el pasado enero, durante una entrega de premios
DANI DUCH Arriba, la actriz en Coto de caza, en 1983. Abajo, en Madrid, el pasado enero, durante una entrega de premios
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