Puigdemont deja una vía abierta para ir al Congreso con condiciones
El Govern ha puesto en marcha la maquinaria para un referéndum unilateral y la semana próxima anunciará fecha y pregunta, pero no quiere que su decisión sea interpretada en ningún caso como el abandono de la vía del diálogo y la negociación.
Tanto que está dispuesto a retomar la oferta del Gobierno de Mariano Rajoy de acudir al Congreso siempre que se cumplan determinadas condiciones y el objetivo fuese la consulta como salida del conflicto. El jefe del Govern, de todos modos, no tiene muchas esperanzas de que su movimiento tenga una gran acogida por parte de Mariano Rajoy y su equipo, pero aspira, cuando menos, a que sea visto como un gesto sincero y no, como hace el Gobierno español, como una negativa al diálogo, en un momento en que sectores como el Cercle de Economia o dirigentes políticos como el líder de Podemos, Pablo Iglesias, le han pedido precisamente que no desaproveche la oportunidad de acudir al Congreso.
El Govern ha tenido claro desde el primer momento, en cualquier caso, que no está dispuesto a “hacer un Ibarretxe”, y de ahí las condiciones que tiene en mente Carles Puigdemont. El presidente de la Generalitat pretende, en definitiva, mantener alzada la bandera del diálogo a pesar de la escalada verbal que están protagonizando en los últimos días diversos miembros del Gobierno español.
Una estrategia paralela sigue el Ejecutivo del PP que no quiere que le achaquen el fracaso de la vía dialogada. El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, reiteró ayer, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que la oferta de diálogo del Gobierno “no tiene fecha de caducidad”, y que la mantendrá aunque el presidente de la Generalitat vaya a fijar la próxima semana la fecha del referéndum y la pregunta, elementos que demuestran, a su juicio, que no hay intención de diálogo en la Generalitat. Tampoco de acudir al Congreso: “Cuando se ponen condiciones es porque no se quiere ir”.
El portavoz hizo un llamamiento a la sociedad catalana “para que influya en sus líderes y le convenzan de que acudir al Congreso es una solución democrática, la mejor, porque podrá acudir a exponer sus planteamientos y a escuchar los de los diputados que son los que podrán modificar la Constitución”. “Es el sitio, son las personas adecuadas”, insistió Méndez de Vigo sin demasiado convencimiento.