El PDECat presiona a Gordó a la espera de la opinión de Mas
La cúpula de los demócratas cierra filas frente al exconseller para que deje el escaño después de su imputación El partido busca resolver en breve la situación para que no desluzca el inminente anuncio de la fecha de la consulta
Si un sustantivo define con precisión el estado de ánimo en que se encuentra el PDECat a raíz de la imputación de Germà Gordó por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) en la trama del 3% y la presunta financiación irregular de CDC, este es, sin duda, el de incomodidad. Incomodidad en la actual dirección ejecutiva del partido por la imperiosa necesidad de romper amarras con toda herencia relacionada con la corrupción e incomodidad entre la vieja guardia de Artur Mas por la presión política y personal que está recibiendo uno de sus destacados integrantes.
En este contexto, el PDECat cerró filas ayer con la decisión adoptada el viernes por la coordinadora general, Marta Pascal, de reclamar al exconseller de Justícia y actual diputado de Junts pel Sí que dé un “paso al lado” y no se limite a dejar la presidencia de la comisión de Justícia del Parlament –que es como pretendía liquidar la crisis Germà Gordó–, sino que, en beneficio del “proyecto colectivo”, abandone completamente el escaño. Una decisión que el coordinador organizativo, David Bonvehí –de campaña en Lleida en favor del sí al referéndum–, secundó al ratificar el contenido tanto del comunicado emitido el día anterior por la formación como del tuit de la número tres del PDECat en el que, en la práctica, le pedía la dimisión.
La presidenta del consejo nacional, Mercè Conesa, que a la vez es presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat del Vallès y en estos momentos una dirigente de peso entre las bases del partido, dejó clara también su posición con un tuit que incrementaba la presión sobre el exconseller de Justícia y mostraba su respaldo total a Marta Pascal: “El Partit Demòcrata ha poder volar libre de los procesos que afectan a la antigua CDC. Depende de nosotros que vuele alto. ¡Adelante, Marta Pascal!”. E incluso la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC) –rama juvenil antes de CDC y ahora del PDECat– se pronunciaba, igualmente a través de Twitter, en la misma línea que la dirección ejecutiva: “Cualquier investigado por corrupción tiene que apartarse de su cargo, Queremos un partido nuevo para un país nuevo”.
El caso es que la muestra de autoridad de que ha hecho gala en este caso la coordinadora general ha sido bastante bien acogida dentro de la formación. Dirigentes, cuadros y militantes se expresaron durante toda la jornada del viernes en el mismo sentido, y uno de los primeros en retuitearla fue significativamente Jordi Turull, presidente del grupo de Junts pel Sí, en el que Germà Gordó es diputado. La gestión de esta crisis ha cogido a Marta Pascal en la capital de Eslovenia –Liubliana–, donde participa en una reunión del buró del ALDE Party, el Partido de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, del que es vicepresidenta, y desde donde trasladó por teléfono al exconseller de Justícia su petición de que dejara el Parlade ment. Una decisión que antes puso en conocimiento también tanto de Carles Puigdemont como de Artur Mas.
El entorno del expresidente de la Generalitat y actual presidente del PDECat sería, precisamente, el más reacio a la presión que está recibiendo Germà Gordó desde el propio partido. Artur Mas, en todo caso, que le tuvo como uno de sus hombres de confianza en CDC y en el Govern y que fue su principal valedor para que figurara en las listas de Junts pel Sí el 27-S, guarda, de momento, silencio sobre el caso. Y el directamente afectado por la situación, mientras tanto, sigue meditando durante el fin de semana la petición de Nova Convergència –la plataforma impulsada por el propio exconseller de Justícia con ocasión de la refundación de CDC– de que, en respuesta a la exigencia de Marta Pascal, abandone el partido y pase al grupo mixto en el Parlament.
La solución, con toda probabilidad, llegará esta próxima semana. Una semana cargada de citas para el bloque independentista –la reunión del Pacte Nacional pel Referèndum el martes, el anuncio de la fecha y la pregunta del referéndum el jueves y el acto de apoyo de las entidades soberanistas a la consulta el domingo–, que desearía que no se vieran ensombrecidas por otros menesteres, y mucho menos si guardan relación con la corrupción. Sea cual sea el camino que acabe escogiendo Germà Gordó, lo que de todos modos es seguro es que en ningún caso dejará el escaño en el Parlament, primero porque tiene carácter personal y segundo porque, una vez investigado por el TSJC, significaría perder la condición de aforado.