La reliquia desaparecida
Desaparece de una basílica italiana el relicario con un fragmento de masa encefálica de san Juan Bosco, fundador de los salesianos
El robo en Italia de una reliquia de san Juan Bosco –en este caso un pedazo de su cerebro– se añade a las numerosas desapariciones de estos objetos de adoración religiosa que abundan en las iglesias italianas con escasas medidas de seguridad.
Los delincuentes italianos no tienen miramientos. Les da igual cometer robos con el agravante del sacrilegio. No les importa atentar contra la religiosidad popular, tan enraizada en el país. Sólo así se explica lo ocurrido anteayer, fiesta de la República, en la basílica salesiana de la colina Don Bosco, en la localidad de Castelnuovo (Piamonte). Los responsables del templo comprobaron, por la noche, que alguien había sustraído la urna con un pequeño fragmento del cerebro del santo, fundador de la orden de los salesianos y de su rama femenina, las Hijas de María Auxiliadora, fallecido el 31 de enero de 1888, en Turín. La policía lanzó una operación de ámbito nacional para tratar de recuperar la valiosa reliquia.
La basílica objeto del presunto robo se encuentra muy próxima a donde nació san Juan Bosco, en 1815. Los últimos en ver la urna fueron unos fieles procedentes de la vecina región de Lombardía, hacia las 7 de la tarde.
La noticia de la desaparición de la reliquia causó dolor en el mundo salesiano. Las instituciones creadas a partir de la obra de Don Bosco, en su mayoría dedicadas a la educación de los jóvenes –y con especial énfasis en la formación profesional–, están presentes en casi un centenar de países.
El papa Francisco, aunque jesuita, es un gran admirador del santo piamontés. Con ocasión del bicentenario de su nacimiento, en el 2015, el Pontífice le rindió homenaje en Turín. Jorge Mario Bergoglio explicó entonces que estaba muy agradecido a los salesianos por la estrecha vinculación que había tenido su familia con ellos. “A mi mamá y mi papá los casó un salesiano –contó Francisco–. Era misionero en la Patagonia y me ayudó mucho en mi vocación”. El Pontífice podrá entrar en contacto con los salesianos en su próximo viaje, a Colombia, en septiembre. Esta orden gestiona dos centros que ayudan a la reinserción de jóvenes guerrilleros de las FARC desmovilizados.
La orden salesiana sufrió un duro golpe, hace unos años, al descubrirse un oscuro caso de estafa multimillonaria en el que estaba implicado el exresponsable de las finanzas de la congregación, procesado en Italia.
La sustracción de reliquias es un hecho que se produce con una cierta regularidad en Italia. Son tantas las iglesias y las reliquias que se custodian en ellas que resulta imposible vigilarlas con garantías. Es un patrimonio siempre amenazado, igual que las obras de arte de los templos.
Hace pocos días fueron robadas de una iglesia de Formia –en la costa del Tirreno, a medio camino entre Roma y Nápoles– unas reliquias de san Erasmo, patrón de Formia y de la vecina Gaeta. Causó especial indignación que el hurto se perpetrara al terminar un funeral. El arzobispo de Gaeta, Luigi Vari, denunció unos “actos que no tienen ninguna dignidad”. “Son símbolos; es como quemar una bandera”, agregó el prelado.
El año pasado, en la iglesia de Santa Elena, en Mesina (Sicilia), alguien se llevó también una reliquia de la santa, decapitó una estatua de la Virgen para robar la cabeza y arrambló hasta con hostias consagradas. El párroco, Pippo Principato, expresó el temor de que quien cometió el sacrilegio perteneciera a una secta satánica.
Hace unos años, el departamento de los carabineros de Monza dedicado al patrimonio cultural recuperó en el norte de Italia 57 reliquias que habían sido puestas a la venta en internet por un total de unos 30.000 euros. El autor material de los robos, que tenía como cómplice a un anticuario, fue detenido en una estación de tren con una maleta llena de reliquias. Ni uno ni otro poseían antecedentes penales. Debieron de pensar que pecaban, pero no que delinquían.
El robo de reliquias es habitual en Italia; el año pasado alguien sustrajo hasta hostias consagradas