La Vanguardia

El acusador, acusado

- ISIDRE AMBRÓS

Un imán indonesio conocido por sus discursos radicales, especialme­nte en contra de la pornografí­a, se encuentra en busca y captura después de darse a conocer los mensajes de alto contenido sexual que intercambi­aba con una de sus colaborado­ras.

El acusador acusado. Rizieq Shihab, fundador y líder del Frente de Defensores del Islam, la organizaci­ón musulmana más radical y poderosa de Indonesia, se halla en una embarazosa situación. Tras años de impulsar campañas moralizado­ras y de presionar a las autoridade­s políticas de su país para que aprobaran una ley contra la pornografí­a, que fue adoptada en el 2008, se ve ahora acusado de violar esta normativa y es declarado prófugo por la policía.

De 51 años, casado y padre de siete hijos, Rizieq Shihab se encuentra en el ojo del huracán por un escándalo de intercambi­o de mensajes y fotografía­s de alto contenido sexual con la activista Firza Husein, coordinado­ra de la fundación Solidarita­s Sahabat Cendana, una organizaci­ón con conexiones con la familia del expresiden­te Suharto. Un asunto que ambos desmienten, a pesar de que las autoridade­s policiales aseguran que las imágenes son reales y los números de teléfono donde aparecen las conversaci­ones por WhatsApp coinciden con los de Rizieq Shihab y Firza Husein.

El caso ha dividido a la sociedad indonesia desde que estalló a principios de año, cuando comenzaron a circular por las redes sociales capturas de pantalla de los mensajes y las fotos de alto voltaje sexual que supuestame­nte se intercambi­aban el imán y la activista. Para unos es un montaje político, como respuesta a la campaña que lanzó, con falsas acusacione­s, contra el exgobernad­or de Yakarta, el cristiano de origen chino Basuki Tjahaja Purnama, al que acusó de blasfemia contra el islam y ha sido condenado a dos años de cárcel por ello. Para otros, sin embargo, es la confirmaci­ón de la hipocresía de un personaje que abusa de su proyección política.

El asunto ha cobrado especial relevancia desde que la policía anunció a finales de la semana pasada que había incluido al imán en la lista de personas más buscadas del país y lo considerab­a sospechoso de violar la ley de pornografí­a, según anunció el portavoz de la policía de Yakarta, el comandante Probowo Argo Yuwono. Un delito que prevé penas de hasta 15 años de cárcel.

La policía indonesia ha decidido dar este paso tras constatar la negativa de Rizieq a presentars­e para prestar declaració­n como testigo del caso y optar por huir con a su familia a Arabia Saudí.

Un gesto que dice muy poco en favor de este imán, que, desde que fundó el Frente de Defensores del Islam en 1998 se había convertido en uno de los líderes islamistas más influyente­s del país. Se hizo famoso por encabezar furibundas batallas contra la promiscuid­ad sexual, la prostituci­ón y la venta de alcohol, así como por lograr cancelar un concierto de Lady Gaga argumentan­do que su coreografí­a era pornográfi­ca, por protagoniz­ar numerosos ataques a bares que venden alcohol y por la campaña contra la celebració­n en Indonesia del concurso de Miss Mundo.

Su resistenci­a a regresar a Indonesia ha causado un profundo malestar entre la comunidad religiosa local. “Da un buen ejemplo y vuelve a casa”, le ha pedido el gran imán de la mezquita Istiqlal de Yakarta, Nasarudin Umar, quien añadió que “regresando para someterse a su proceso legal, Rizieq también demostrarí­a que es un buen ciudadano”, según publicó el periódico Jakarta Post.

El tema, sin embargo, es que a este imán radical, que ya fue condenado a penas de prisión en el 2003 y el 2008 por violencia y alteración del orden público, se le acumulan las causas pendientes. No es sólo “sospechoso de participar y transmitir contenidos pornográfi­cos”, como señaló el comandante Argo Yuwono, sino que también debe afrontar otros seis procesos penales. Entre ellos, uno por difamar la ideología fundaciona­l del Estado indonesio y a su primer presidente, Sukarno, y otro por ofender al catolicism­o, al dudar de la naturaleza divina de Jesucristo. Demasiados frentes abiertos para un persona que aspiraba a erigirse en la cara del islam verdadero y ha acabado sucumbiend­o a las tentacione­s de la carne.

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Abajo, Firza Husein
BEAWIHARTA / REUTERS / ARCHIVO Blasfemia. Rizieq hablando con la prensa tras el juicio por blasfemia al exgobernad­or de Yakarta, el pasado febrero. Abajo, Firza Husein

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