La Vanguardia

El ojo y la paja

-

Acababa de ver un capítulo de Madam Secretary, que justamente trataba sobre los vínculos del gran aliado saudí con el terrorismo, cuando salta la noticia: países del Golfo, con los saudíes a la cabeza, han roto relaciones con Qatar, por “su apoyo al terrorismo”. En la magnífica serie – producida por Morgan Freeman y que narra las tripas de la Secretaría de Estado norteameri­cana– quedaban claros los vínculos saudíes con el yihadismo y la cuestión se planteaba en términos de

realpoliti­k: cómo censurar esos vínculos y, al tiempo, no poner en peligro los vitales intereses económicos con los saudíes. Por supuesto es una serie, pero recoge una realidad contundent­e, reconocida por servicios de inteligenc­ia y expertos sobre terrorismo y que podría resumirse en la frase que el analista Yasmin Alibhai-Brown estampó en The Independen­t: “El verdadero enemigo de Occidente es Arabia Saudí, que financia el terrorismo”.

Los datos son rotundos: por un lado, es un hecho que Arabia Saudí dedica miles de millones de dólares a promover mezquitas, madrazas e institucio­nes de ideología wahabí en todo el mundo, especialme­nte en Europa Occidental, y esa ideología alimenta directamen­te al fenómeno yihadista que nos ataca; por el otro, es también cierto que grandes terrorista­s (de Bin Laden a los del 11-S, pasando por otros más recientes) son saudíes y que el reino ha permitido que millones de dólares se desviaran hacia Al Qaeda y el Daesh, además de apoyar directamen­te a grupos como Frente al Nusra. No olvidemos que su principal banco privado, el Banco Al Rajhi, ha aparecido en los informes sobre la financiaci­ón de Al Qaeda, y que la prioridad saudí no es acabar con el Estado Islámico, sino hacer caer al régimen sirio. También es cierto que en los últimos tiempos ha empezado a luchar contra la financiaci­ón directa a los terrorista­s por parte de fortunas saudíes, pero, según todos los expertos, con “éxito escaso”. Si añadimos su feroz (e impune) guerra en Yemen, tenemos el explosivo triángulo del problema. Sin ninguna duda, Arabia Saudí es parte fundamenta­l del gran problema yihadista.

A la vez, Qatar no es inocente, sino lo contrario: es un país directamen­te vinculado al terrorismo y su papel desestabil­izador en la región es indiscutib­le. Además, es también responsabl­e de donar millones de dólares a la promoción del radicalism­o en Occidente. Es decir, es uno de los malos en una zona donde no parece que ninguno sea bueno, pero la pregunta impertinen­te es esta: ¿Arabia Saudí y compañía rompen con Qatar por ser financiado­r de terrorismo o por su sutil cambio de actitud respecto a Irán? Sin duda, ahí está una de las claves, que poco tienen que ver con el terrorismo y mucho con el bloque de alianzas. En cualquier caso, algo es cierto: todos se jactan de luchar contra el terrorismo yihadista y todos están directamen­te implicados. La cosa va de malos y de peores.

Qatar es uno de los malos en una zona donde no parece que ninguno sea bueno, y menos Arabia Saudí

 ??  ?? Pilar Rahola
Pilar Rahola

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain