Más crédito, menos mora
Que la tasa de morosidad disminuya es una buena noticia y es síntoma y consecuencia de que la economía afianza su recuperación. Así, el último dato de tasa de morosidad del crédito (8,8%) en España la sitúa en el nivel que tuvo hace cinco años y casi 5 puntos por debajo del máximo que alcanzó en el 2013. Estamos hablando de 85.000 millones de euros menos de préstamos morosos desde entonces.
No obstante, una tasa del 8,8% sigue siendo un lastre para la cuenta de resultados, ya que son préstamos que no generan ingresos pero sí costes. El lastre es aún mayor si a esa cifra sumamos otros activos que tampoco son productivos, como los que se adjudica la banca cuando el deudor no paga. A finales del 2016, la cifra de adjudicados era de 80.000 millones de euros, por lo que de mantenerse esa cifra, la tasa de mora ampliada sería del 14,2%, con un importe de 192.000 millones de euros de activos problemáticos.
No es de extrañar que el elevado volumen de activos improductivos sea un elemento de preocupación del Banco de España y del BCE, máxime en estos días en que la incertidumbre que rodea a uno de los grandes bancos españoles es precisamente como consecuencia de tener el 24% de su activo improductivo (frente al 7,3% de media del sector) y con una menor cobertura con provisiones.
Afortunadamente, el crecimiento de la economía española se va afianzando, lo que anticipa que el stock de crédito seguirá creciendo en paralelo a una caída de la morosidad, ya que la historia demuestra que el principal determinante de la morosidad es el ciclo económico.
Los datos de la evolución del nuevo crédito invitan al optimismo. Así, en el primer trimestre del 2017, respecto al mismo del 2016, el crédito a empresas en nuevas operaciones ha aumentado un 2,5%, si bien este crecimiento es fruto de un aumento del 9,6% en préstamos de menos de un millón de euros (típico de Pymes) y de una caída del 4,4% en los de mayor importe. No obstante, este último dato viene influido por la compra de deuda corporativa por parte del BCE, por lo que el crédito bancario a las grandes empresas aumentará una vez termine el programa del BCE.
En el caso del crédito nuevo a las familias, está creciendo con fuerza: un 9% para compra de vivienda y un 21% al consumo, comparando de nuevo el primer trimestre del 2017 con el del 2016.
En resumen, el brutal desapalancamiento que ha hecho el sector privado y que se ha traducido en un desplome del crédito bancario (el stock actual es un 32% inferior al máximo del 2008, es decir, 600.000 millones menos), está próximo a su fin, por lo que es de prever que el stock de crédito se recupere. A ello ayuda obviamente la recuperación económica, que a la vez que hace que regrese la demanda de crédito, esta sea cada vez más solvente (menor tasa de morosidad), para alegría de la recuperación de la rentabilidad bancaria que tanta falta hace.
El elevado volumen de activos improductivos preocupa al Banco de España y al BCE