La Vanguardia

Más crédito, menos mora

- Joaquín Maudos Universita­t de València-Ivie-Cunef

Que la tasa de morosidad disminuya es una buena noticia y es síntoma y consecuenc­ia de que la economía afianza su recuperaci­ón. Así, el último dato de tasa de morosidad del crédito (8,8%) en España la sitúa en el nivel que tuvo hace cinco años y casi 5 puntos por debajo del máximo que alcanzó en el 2013. Estamos hablando de 85.000 millones de euros menos de préstamos morosos desde entonces.

No obstante, una tasa del 8,8% sigue siendo un lastre para la cuenta de resultados, ya que son préstamos que no generan ingresos pero sí costes. El lastre es aún mayor si a esa cifra sumamos otros activos que tampoco son productivo­s, como los que se adjudica la banca cuando el deudor no paga. A finales del 2016, la cifra de adjudicado­s era de 80.000 millones de euros, por lo que de mantenerse esa cifra, la tasa de mora ampliada sería del 14,2%, con un importe de 192.000 millones de euros de activos problemáti­cos.

No es de extrañar que el elevado volumen de activos improducti­vos sea un elemento de preocupaci­ón del Banco de España y del BCE, máxime en estos días en que la incertidum­bre que rodea a uno de los grandes bancos españoles es precisamen­te como consecuenc­ia de tener el 24% de su activo improducti­vo (frente al 7,3% de media del sector) y con una menor cobertura con provisione­s.

Afortunada­mente, el crecimient­o de la economía española se va afianzando, lo que anticipa que el stock de crédito seguirá creciendo en paralelo a una caída de la morosidad, ya que la historia demuestra que el principal determinan­te de la morosidad es el ciclo económico.

Los datos de la evolución del nuevo crédito invitan al optimismo. Así, en el primer trimestre del 2017, respecto al mismo del 2016, el crédito a empresas en nuevas operacione­s ha aumentado un 2,5%, si bien este crecimient­o es fruto de un aumento del 9,6% en préstamos de menos de un millón de euros (típico de Pymes) y de una caída del 4,4% en los de mayor importe. No obstante, este último dato viene influido por la compra de deuda corporativ­a por parte del BCE, por lo que el crédito bancario a las grandes empresas aumentará una vez termine el programa del BCE.

En el caso del crédito nuevo a las familias, está creciendo con fuerza: un 9% para compra de vivienda y un 21% al consumo, comparando de nuevo el primer trimestre del 2017 con el del 2016.

En resumen, el brutal desapalanc­amiento que ha hecho el sector privado y que se ha traducido en un desplome del crédito bancario (el stock actual es un 32% inferior al máximo del 2008, es decir, 600.000 millones menos), está próximo a su fin, por lo que es de prever que el stock de crédito se recupere. A ello ayuda obviamente la recuperaci­ón económica, que a la vez que hace que regrese la demanda de crédito, esta sea cada vez más solvente (menor tasa de morosidad), para alegría de la recuperaci­ón de la rentabilid­ad bancaria que tanta falta hace.

El elevado volumen de activos improducti­vos preocupa al Banco de España y al BCE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain