Una juez no aprecia el delito de estafa en Funnydent
Cristóbal López Vivar, propietario de la red de clínicas dentales Funnydent, hizo “una pésima gestión empresarial” de su negocio, pero no es culpable de un delito de estafa. Esta es la respuesta de Teresa Álvarez de Sotomayor, la titular del juzgado de instrucción número 4 de Navalcarnero, a los recursos de reforma que las acusaciones presentaron contra un primer auto de sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones contra López Vivar: entonces se le acusaba de haber estafado 8,8 millones de euros a más de 2.400 pacientes y a sus proveedores. La vía judicial, sin embargo, prosigue.
El auto de la juez asegura que de los datos de las cuentas del investigado y de los informes de las administraciones judicial y concursal, “se desprende la existencia de una pésima gestión empresarial” de López Vivar, “cuya responsabilidad civil, mercantil y laboral se halla pendiente de depurar, pero no indicios de delito penal” relacionados con la estafa.
El escrito de la juez constata indicios de “incumplimientos contractuales, tanto con pacientes, proveedores, arrendadores y personal contratado”. También lamenta que el incumplimiento de López Vivar con sus obligaciones tributarias y con el registro mercantil haya impedido hallar datos, “siquiera con carácter indiciario”, de un “desplazamiento patrimonial o enriquecimiento personal”.
De Sotomayor critica “la gestión personalista del negocio” y el “descontrol sobre el volumen de gastos”, que ha causado “una situación enormemente perjudicial para todos los afectados, pero también para el investigado, cuyo patrimonio se hallaba vinculado a su grupo empresarial”.
Ahora la causa pasa a la Audiencia Provincial de Madrid, que deberá resolver los recursos de apelación presentados por los afectados. Funnydent tenía clínicas en las localidades catalanas de Sabadell y Mataró y en las madrileñas de Leganés, Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Alcobendas, Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares. López Vivar ha acusado a los dos administradores que el juzgado nombró de haberse enriquecido con la empresa, de malvender las clínicas y de utilizar el patrimonio de Funnydent en beneficio propio.