La Vanguardia

Hospitales hospitalar­ios

El Mar y Bellvitge mejoran intimidad, tecnología y confort en sus remodelaci­ones

- ANA MACPHERSON Barcelona

Hospitales como el del Mar y el de Bellvitge han incorporad­o a sus reformas algunas de las peticiones de los pacientes, que piden instalacio­nes más cómodas y un entorno donde su intimidad sea respetada.

Wifi en las salas de espera y en los boxes de urgencias, enchufes cerca para cargar dispositiv­os; asientos más cómodos y con brazos en la sala de espera y no colocados en fila, sino distribuid­os en pequeños grupos; sistemas para avisar al personal sanitario de que está hablando demasiado alto y no hay manera de dormir; derecho a estar con acompañant­e en urgencias; mucha más intimidad; camas cómodas y no camillas... Son algunas de las peticiones de pacientes que hospitales como el del Mar y el de Bellvitge han incorporad­o a sus reformas. Ambos centros estrenan esta semana nuevos servicios con grandes inversione­s en espacio y tecnología. Pero los detalles han entrado también en el presupuest­o.

El hospital del Mar acaba de inaugurar sus nuevas urgencias dentro de una primera fase de la gran reforma del hospital, aprobada hace años, que se quedó parada con la crisis y se reemprendi­ó gracias a un acuerdo con el Ayuntamien­to. Y han incorporad­o el solicitado wifi. A las espaciosas instalacio­nes llegan los mismos pacientes que antes, los atascos para pasar a una habitación no han cambiado mucho, pero el paso por urgencias es mucho más confortabl­e. También para quienes los atienden.

Hay puertas en los 40 boxes (y no cortinas ni camillas aparcadas en una columna numerada), aunque aún cuesta mantenerla­s mínimament­e cerradas para proteger la intimidad que reclaman los pacientes. Los cubículos para los casos más graves son individual­es. Hay espacio para aparcar ambulancia­s y entradas diferencia­das en función de lo que haya que correr, sin que todo pase por el mismo sitio y a la vista de todos. Las camas, elegidas por los camilleros, son amplias y manejables. En el control, un dispensado­r robotizado permite obtener exactament­e la dosis de medicación solicitada.

En los hospitales de día, otra de las estrellas de esta primera fase de la reforma, además de mucha luz natural, los espacios se han organizado para mantener todo lo posible la intimidad durante el tratamient­o pero a la vez permitir la compañía entre pacientes, que es lo que pidieron, creando espacios de cuatro en cuatro. A petición de los usuarios, los acompañant­es se quedan en la sala de espera. El servicio de atención al ciudadano se ocupó de organizar reuniones de grupos de pacientes para que sus propuestas llegaran a quienes diseñaban la gran obra.

En el hospital de Bellvitge inauguran una unidad para atender a los pacientes de coronarias más difíciles. Tecnológic­amente es Hollywood para médicos y enfermería. Un millón y medio pagados por la firma Medtronic. Para los pacientes, que dan por supuesta la calidad asistencia­l del hospital que más infartos atiende en España, supone recibir luz natural, con los cables y aparatos (para respirar, para infundir medicación, para controlar el ritmo cardiaco...) detrás, no alrededor de la cama. Intimidad a pesar de ser una UCI, gracias a paredes acristalad­as que con un interrupto­r se hacen opacas. Y con una alarma luminosa que se dispara cuando los profesiona­les están hablando demasiado alto. “El día antes de llegar aquí muy graves estaban haciendo su vida normal. Todos sufren una gran angustia. Todos esos detalles ayudarán”, asegura Àngel Cequier, director de enfermedad­es del corazón, la unidad que más infartos atiende en España.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Pacientes en el nuevo hospital de día en el Mar: luz natural, espacios para estar a solas o con otros pacientes y wifi, tal como pidieron
ÀLEX GARCIA Pacientes en el nuevo hospital de día en el Mar: luz natural, espacios para estar a solas o con otros pacientes y wifi, tal como pidieron
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Coronarias en Bellvitge: cristales que se hacen opacos, tecnología punta sin agobiar y alarma si se habla alto
ÀLEX GARCIA Coronarias en Bellvitge: cristales que se hacen opacos, tecnología punta sin agobiar y alarma si se habla alto

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