El abogado de Millet carga contra el actual Palau
Castro acusa a Carulla de encubrir las comisiones a CDC
El abogado de Fèlix Millet, Abraham Castro, cargó ayer contra la actual dirección del Palau de la Música y acusó a los actuales dirigentes, en especial a Mariona Carulla, de haber “ignorado o encubierto” las comisiones a CDC, durante su informe final en el juicio por el expolio de la entidad cultural.
En la sesión de ayer se iniciaron los alegatos de las defensas y les tocó el turno a Abraham Castro (Fèlix Millet), Jordi Pina (Jordi Montull ) y Jorge Navarro (Gemma Montull). Y en ellas salió a relucir una de las peculiaridades de este juicio: para estos letrados, y acusados, la pelea con el fiscal ya es secundaria; la guerra es entre el antiguo y el nuevo Palau de la Música.
El más virulento fue Castro, quien expuso que el proceso “se aprovecha para endosárselo todo a Millet”, porque más que “hacer leña del árbol caído”, lo que se ha hecho “es serrín”. Y de ello culpaba principalmente a dos de las acusaciones, el consorcio y la fundación; o sea, al actual Palau, que están llevando a cabo “el apedreamiento de la adúltera cuando tienen mucho que ocultar” y sería mejor “que callaran”. Para Castro, el problema es que Millet “confesó demasiado” y eso algunas acusaciones, que piden hasta 81 años de prisión, “no se lo van a perdonar. ¿De verdad puede venir aquí el Palau a decir que no sabe cuál es el origen ilícito del dinero?”. Y agregó: “El Palau y Mariona Carulla han encubierto una parte de los hechos. No los persiguen, claro, porque están implicados”, en referencia a las presuntas comisiones a CDC.
Tanto Castro como Pina reconocieron que Millet y Montull se apropiaron de fondos del Palau, tal como relata el fiscal, pero pelearon las penas que exige el ministerio público, y no digamos el resto de las acusaciones, por considerarlas excesivas, y alegaron que existen atenuantes de dilaciones indebidas, confesión y reparación del daño, y, de nuevo, embistieron contra el Palau, al que acusaron de no permitir que se devolviera lo sustraído. Pina señaló, ante las exigencias del consorcio y la fundación, que los exdirectivos de la institución no habían matado ni violado a nadie, y que sólo se quedaron con dinero que no era suyo.
Por su parte, Jorge Navarro destacó que Gemma Montull no estaba en la misma órbita que su padre y Millet, y que no se benefició del reparto de comisiones que se llevaban, y explicó lo que le dijo su clienta: “Yo me siento encubridora de mi padre”.
Este es un juicio singular: no sólo se dirimen las penas, sino la guerra entre el antiguo y el nuevo Palau.