La Vanguardia

Amenazas a la dueña que ha denunciado a sus inquilinos

La mujer de Calella que explicó que está obligada a vivir en su casa con unos ocupas lamenta la pasividad de la policía local

- FEDE CEDÓ Calella

Pocas horas después de que Aurora Rodríguez, la mujer de Calella que está obligada a vivir con unos ocupas, que antes eran inquilinos con contrato y que ahora se niegan a pagar el alquiler de sus habitacion­es, reuniera fuerzas para denunciar su situación ante

La Vanguardia, recibió un inquietant­e mensaje dirigido a ella a través de un amigo. “Dile a Aurora que si sigue así contratare­mos a pistoleros para que le peguen un tiro en la cabeza”.

La mujer, que lleva casi dos años teniendo que soportar todo tipo de vejaciones en su propia casa desde que decidió no renovar el contrato de alquiler de dos habitacion­es a un matrimonio magrebí y a un individuo guineano, ha acudido a los Mossos d’Esquadra deplorando lo que considera pasividad por parte de los agentes de la policía local de Calella. “Me toman declaració­n, pero no tienen en considerac­ión mi situación”. Detalla, por ejemplo, que en la enésima comparecen­cia los nervios le jugaron un mala pasada, y que por el hecho de citar a su inquilino “como el negro” el agente que le tomaba la denuncia se negó a proseguir con la declaració­n.

“Me toman por loca y esto me duele más que si me pegan”, aduce Aurora, consciente de que su situación se ha vuelto más peligrosa una vez que se ha dado a conocer el caso en los medios de comunicaci­ón. “Ahora, me han aconsejado que vaya directamen­te a los Mossos de Pineda” para explicar todo lo sucedido y “pedir protección”, lo que hasta el momento no le han podido ofrecer los policías locales, muchos de los cuales, dice, la consideran “como una enferma mental”. Fuentes de la policía catalana aseguraron que estudiarán el caso y si es preciso pedirán al juez que lleva el desahucio que dicte medidas cautelares de protección.

Precisamen­te ante los Mossos de Pineda de Mar, adonde la mujer tuvo que desplazars­e ayer para reactivar las denuncias, detalló el último episodio de amenazas. Cuenta Aurora que uno de sus amigos, que intenta ayudarla, recibió un mensaje por WhatsApp dirigido a ella y que, junto al resto de pruebas, pasa a engrosar el expediente de amenazas y coacciones. En él se citaba que “si seguía denunciand­o, contratarí­an a unos sicarios para que me pegasen dos tiros en la cabeza”.

Aurora ha entrado en una dinámica de denuncias cruzadas con sus inquilinos, consciente­s ellos del inicio del proceso de desahucio. “Cuando ven que yo denuncio, ellos hacen lo mismo y están muy bien asesorados”, lamenta. Así, si los nervios le traicionan y se le ocurre lanzar un insulto a quienes la acosan en su propia casa, es denunciada. En cambio, le indigna que si aporta pruebas gráficas de las defecacion­es que sus inquilinos esparcen por el piso, “dicen que es un problema entre particular­es”. Por suerte, un abogado penalista de Barcelona que leyó la noticia se ha brindado a llevar los casos de Aurora gratuitame­nte.

“Dile a Aurora que contratare­mos a unos sicarios para que le peguen dos tiros en la cabeza”, advierten

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FEDE CEDÓ Aurora sigue viviendo un auténtico calvario en su casa de Calella

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