“Quise pararle, pero no podía luchar”
La denunciante testifica que Bill Cosby la drogó y la violó
La otra cara del “padre de América” se expresó ayer con toda crudeza ante el tribunal de Norristown (Pensilvania).
“Me sentí humillada y muy confusa... Quise pararle, pero me sentía incapaz de luchar”, declaró Andrea Constand, la mujer de 44 años que, entre una cincuentena de supuestas víctimas, ha sentado a Bill Cosby, de 79, en el banquillo como depredador sexual. “Confiaba en él, tuve pánico”, añadió. En la segunda jornada se produjo el testimonio que puede marcar el destino del que fue el intérprete más admirado de Estados Unidos. Se juega diez años de prisión. La caída del mito ya es algo irreversible.
Constand explicó públicamente por primera vez su historia. Aseguró ante el jurado que su admirado referente, al que acudió a pedir consejo profesional, le dio tres pastillas, precisó que de color azul, que la paralizaron.
“En mi cabeza intentaba mover las manos, las piernas, pero estaba congelada”, confesó la antigua empleada del programa de baloncesto de la Universidad de Temple, en la que Cosby estudió y en la que era una leyenda, como en el resto del país.
Ocurrió en el 2004, en la residencia del actor cerca de Filadelfia. Constand afirmó que a los 20 minutos de tomar el fármaco –le dijo que era antiestrés– notó un mareo, que tenía visión borrosa, que le costaba hablar y que sus brazos y piernas eran de goma. Entonces la penetró con los dedos e hizo que le cogiera el pene.
Mientras Constand declaraba, Cosby apoyó la cabeza en una mano, inclinó los ojos, la mirada fija en la mesa que corresponde al acusado. Su defensor buscó las supuestas lagunas, como que ella siguió en contacto con él o que no denunció hasta el 2005.
El testimonio de Constand estuvo precedido el lunes por el de Kelly Johnson, otra víctima, la única que el juez ha aceptado como testigo. Johnson indicó que, en 1996, en un hotel de Los Ángeles, Cosby le ofreció una pastilla. Se despertó a las horas, con el pecho descubierto y con su mentor al lado, desnudo. La obligó a que le acariciara el sexo.
Andrea Constand explica por primera vez que se sintió “humillada”, mientras Cosby agacha la cabeza