El Santander se queda con el Popular, intervenido por la UE
Europa declara inviable el banco, obliga a que los accionistas lo pierdan todo y lo adjudica en horas
La crisis de liquidez del banco obliga al BCE a declararlo inviable y subastarlo La entidad de Botín paga 1€ y ampliará capital en 7.000 millones
Europa puso fin ayer a la zozobra del Popular. Tras ser declarado inviable por parte del Banco Central Europeo a causa de sus problemas de solvencia y liquidez, el banco fue intervenido por la recién creada Junta Única de Resolución y adjudicado por un euro a la velocidad de la luz al Santander en una subasta realizada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). El BBVA fue invitado a participar, pero no presentó oferta.
Pese a que la última cotización de ayer situó el valor del Popular en los 1.300 millones de euros, la entidad no valía nada a causa del déficit de provisiones o pérdidas no reconocidas en sus activos improductivos ligados al inmobiliario. Un examen de urgencia realizado por encargo del BCE tasó el Popular en 2.000 millones de euros negativos en un escenario central y -8.000 millones en uno estresado. A los problemas de solvencia se sumaron los de liquidez. Con el banco en caída libre en bolsa, la fuga de depósitos dejó sin dinero a las sucursales ayer a las 3 de la tarde.
En definitiva, había que intervenir la entidad porque no podía afrontar sus problemas en solitario y, a pesar de la subasta encargada a JP Morgan para encontrar un comprador, nadie había dado el paso. Lo tuvo que decidir el supervisor europeo y, entonces, sí, el Santander aprovechó la oportunidad de realizar su mayor compra en España y resolver, de paso, un grave problema para el sector.
Como marcan las nuevas normas de resolución pensadas para minimizar el coste de los rescates públicos, los accionistas y tenedores de deuda híbrida –capaz de absorber las pérdidas– lo perdieron todo. La medida afectó a unos 300.000 accionistas institucionales y minoritarios y a titulares de bonos convertibles y deuda subordinada por valor de 2.000 millones de euros.
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, compareció a media mañana de ayer para transmitir tranquilidad a los clientes del Po- pular y defender esta operación de compra “buena para España y para Europa”, “que va a contribuir al crecimiento económico”. Además, remarcó que la adquisición complementa al Santander geográficamente y en el tipo de negocio gracias a la cuota del Popular en el mercado de las pymes. La presidenta del Santander rechazó de plano que esta adquisición supon- ga coste alguno para los contribuyentes, al tiempo que rechazó cualquier tipo de presión para llevarla adelante. “No hemos recibido ninguna presión de nadie”, defendió.
La operación comporta la fusión de las entidades, con lo que se perderá la marca del Popular –a diferencia de lo que pasó con Banesto–, aunque el proceso “llevará su tiempo”. Botín señaló también que se dan un mes para “sanear” el Popular, mediante la ampliación de capital del Santander por 7.000 millones. La presidenta explicó que el saneamiento requerirá 7.900 millones, de los que 7.200 están destinados a la cartera inmobiliaria. Sobre la difícil digestión del ladrillo que arrastra el Popular, remarcó que tienen previsto reducir a la mitad los activos improductivos en un año y medio.
Asimismo, la presidenta de la entidad que pasa a liderar el mercado en España y Portugal anunció el relevo de toda la cúpula del Banco Popular, con Emilio Saracho a la cabeza. Desde ayer llevan las riendas del banco absorbido directivos de confianza de Botín como el director financiero del Santander y expresidente de Banesto, José García Cantera, nombrado presidente del nuevo consejo. Con este cambio también quedan en suspenso todas los operaciones de venta anunciadas en las últimas semanas por el anterior equipo directivo.
Los máximos responsables del
El Popular tenía un déficit de provisiones y su valor era de -2.000 millones de euros
Santander evitaron adelantar cuántas de las 1.644 sucursales del Popular en España acabarán cerrando ni cuántos de sus 11.000 trabajadores pueden perder el empleo. José Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander, sí aseguró que el ajuste “será pactado con los sindicatos”. En todo caso, el banco estima que, con la “integración de las dos redes, de los servi- cios centrales y la plataforma tecnológica”, en el 2020 el ahorro ascenderá a 500 millones de euros.
En cuanto a la posibilidad de que esta operación de fusión acabe ocasionando un alud de demandas, Botín se refirió primero a “algunas demandas” por las cláusulas suelo. A renglón seguido, puntualizó que era “posible todo tipo de demandas y eso lo hemos considerado en la valoración que hemos hecho del banco”. Ayer mismo, los despachos de abogados especializados en defender a consumidores de la banca defendían la conveniencia de reclamar ante los tribunales para parte de los exaccionistas, extitulares de deuda subordinada y bonos convertibles.
La retirada de fondos por parte de miles de clientes estaba dejando al banco sin liquidez