La Vanguardia

Virgen de Núria: historia de un secuestro

Clara Segura, Nora Navas e Ivan Benet protagoniz­an la tragedia de Lorca

- JUSTO BARRANCO

“No son Romeo y Julieta, es una pasión, un mal que tienen dentro pese a ellos y los condena”, dice Broggi

Lorca toma el teatro de la Biblioteca de Catalunya. A caballo. Con guitarras. Y con un gran ruedo de arena para los actores. Oriol Broggi, que ha logrado algunos de sus mayores éxitos con las obras de Wajdi Mouawad, el hombre que ha llevado la tragedia al siglo XXI, se atreve desde el próximo miércoles por primera vez con uno de los grandes trágicos del siglo XX, Federico García Lorca. Con sus Bodas de sangre, una historia de amor, pasión , celos y muerte basada en hechos reales y que Broggi lleva a escena con un reparto de excepción encabezado por Clara Segura y Nora Navas acompañada­s de Ivan Benet, Pau Roca, Anna Castells y Montse Vellvehí. Y por Juguetón, un hermoso caballo negro que, sonríe Broggi, en algunos momentos hace incluso de Leonardo, el antiguo novio del que la protagonis­ta sigue enamorada.

Juguetón da vida a veces a Leonardo porque, señala Broggi, Ivan Benet, el actor que encarna al antiguo novio, está en esos momentos dando vida a otros personajes. “El caballo aparece mucho en Lorca, explica el deseo, la pulsión animal fuerte, la pulsión sexual”, recuerda el director de la compañía La Perla 29, que añade que además es muy bello escénicame­nte. Pero hay más: Broggi ha querido multiplica­r la poesía de la obra de Lorca haciendo no sólo que algunos actores den vida a varios personajes, sino que varios actores den vida a un mismo personaje protagonis­ta: “En el momento en el que dos actores se ponen a hacer un mismo personaje o un actor hace dos la normalidad de la vida cotidiana se transmuta un poco. En obras como Bodas de sangre eso le dice al espectador que la historia es muy importante, pero hay algo más importante, la poesía que se eleva tras esta historia”. Además, la estrategia encaja, apunta, “con el juego teatral que hacía Lorca, de títere y cachiporra”. Un Lorca al que en la escena del bosque Broggi homenajea con unos actores que podrían ser los de La Barraca.

Una escena del bosque en la que aparecen incluso la luna y la muerte en una tragedia que se adentra, remarca el director, en el mundo de los mitos: “Engarza la vida más cotidiana, los sentimient­os, las pulsiones más pequeñas, con cosas muy elevadas, universale­s”. Broggi puntualiza que “es una historia de amor, el novio se ha de casar con la novia y la novia está en el fondo enamorada de un exnovio y en el momento de la boda acaba marchando. Pero no son Romeo y Julieta, es una pasión, un mal que tienen dentro, que se les ha instalado pese a ellos mismos, no saben por qué. Y que está ahí y los condena, es inevitable”.

La música del montaje es de Joan Garriga con una banda que va cantando canciones y que a veces incluso toma el papel de narrador o de poeta. Una música que mezcla canciones lorquianas, temas que le gustaban de Chopin y Bach y música de raíz flamenca que permite un viaje por diversas músicas populares.

Broggi concluye que la obra sigue golpeando más fuerte que nunca hoy: “Hay una fuerza muy profunda que aparece de repente, que te remueve y que no sé bien lo que es. Y esa magia y ese no saberlo es lo que la hacen importante y atractiva”.

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PILI REDONDO Clara Segura y los músicos de las Bodas de sangre que dirige Oriol Broggi en la Biblioteca de Catalunya

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