¿Elecciones o entierros?
Elecciones en el sur, elecciones en el norte, elecciones en el medio. Aparte de en algunos países europeos, este año hay también comicios previstos en diversos estados africanos, como Kenia, Ruanda o Angola.
En Europa, una vez finalizadas las presidenciales de Francia, los principales países con elecciones a la vista son el Reino Unido –hoy mismo– y Alemania. ¿Qué fuerza tienen en estos países los partidos populistas y los partidarios del Brexit? Al nuevo presidente francés no le desagrada que el Reino Unido permanezca fuera de Europa. En su campaña electoral dijo que el Reino Unido actual es un vasallo de EE.UU. o incluso del presidente Trump. Es interesante observar que las mujeres se hallan en primera línea de los comicios en la mayoría de los principales países europeos. Así es en el caso de Theresa May en el Reino Unido, de Angela Merkel en Alemania y, en Francia, una mujer fue uno de los dos principales candidatos a la presidencia. En el Reino Unido, May, en uno de sus discursos principales, hizo un llamamiento a que su país persiguiera una política realista, pero ¿qué significa esto en términos prácticos? Sugirió que el Reino Unido ya no debería invadir otro país por más que contara con justificación para ello. Pero el Reino Unido apenas puede ser acusado de hacer tal cosa en la memoria reciente excepto cuando secundó la iniciativa estadounidense. Además, apenas ha habido que recurrir al realismo en política exterior; en el caso del Reino Unido, la fuerza militar apenas puede ya comprometerse en una decisión semejante con sólo 153.770 efectivos. Sus fuerzas armadas estuvieron en su día entre las más fuertes de Europa, pero difícilmente cabe repetir esta afirmación en el 2017. Algunos podrían preguntar, ¿no es cierto que Gran Bretaña, según la mayoría de previsiones, será el país más populista de Europa? Así es. Pero ¿qué clase de Gran Bretaña habrá? Una parte considerable de la población será de procedencia no británica, asiática y africana.
Las elecciones británicas de hoy son, a priori, sobre el Brexit. May quiere reforzar su previsión; podría ser el caso, pero la cuestión no es segura en absoluto. En el momento actual, Gran Bretaña no ha sufrido efectos negativos derivados del abandono del mercado común, pero estamos en los primeros días de la cuestión y podría resultar perfectamente que la posición económica del país se debilite. Las negociaciones entre Londres y Bruselas proseguirán y no habrá una conclusión en breve plazo en el próximo año e incluso en los próximos años. Los tories han visto disminuir sus expectativas electorales en las encuestas de los últimos días y los atentados de Londres del fin de semana pasado pueden tener una influencia determinante en el resultado electoral. La elección de Jeremy Corbyn como líder laborista fue un desastre y pese a su buena campaña es muy improbable que gane las elecciones.
En toda Europa los partidos socialistas atraviesan dificultades. Según sondeos recientes de opinión, la socialdemocracia alemana hace frente a una aguda crisis. El año pasado cayó por debajo del 20% del nivel mantenido durante más de cien años. Su posición en Alemania fue más fuerte cuando Martin Schulz fue elegido candidato del partido socialdemócrata alemán, pero no fue más que una recuperación temporal. A pesar de los errores cometidos, Merkel difícilmente cambiará, como han mostrado los resultados de las elecciones regionales en Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia. Por qué ha sido así debería ser el objetivo de una investigación aparte. Sin embargo, la posición de los conservadores en toda Europa no es en absoluto inexpugnable. Su rival principal en la actualidad no son los partidos laboristas, sino movimientos incipientes conocidos como populismo y denominaciones afines; estos constituyen un peligro no sólo para los diputados conservadores, sino para el sistema democrático en general.
En resumen, Europa continúa en apuros –probablemente, más que nunca con anterioridad– y en el momento actual no se vislumbra la luz al final del túnel. Podría ser perfectamente que los que se burlan del euroescepticismo exageren la magnitud de la crisis actual al afirmar que Europa hace frente a problemas insolubles, que su desmoronamiento es prominente y definitivo y que lo que resta es hacer los preparativos de un entierro digno. Los eurobarómetros, por su parte, dan constantes bandazos entre los extremos. Por el momento, Europa sigue existiendo y hay buenas razones para suponer que seguirá existiendo de uno u otro modo durante un lapso de tiempo considerable.
Pese a sus problemas, quizá es todavía algo prematuro hacer los preparativos para un funeral de Europa