La Vanguardia

Imaginemos

- Imma Monsó

Este será el primer verano que las cuevas de Lascaux podrán recibir a grandes cantidades de turistas sin temor a que las valiosísim­as pinturas prehistóri­cas sufran daños. En los años sesenta, los turistas se cargaron las cuevas de la manera más tonta: respirando. El exceso de dióxido de carbono que desprendía­n tantos pulmones a la vez provocó la corrosión de las paredes y, más tarde, una infección de hongos y otra de algas obligó a cerrar las cuevas para preservarl­as. A lo largo de los años 70 se construyó una réplica que abrió a los turistas en 1983. Más tarde, se abrió otra. Pero fue en diciembre pasado cuando se inauguró la Gran Réplica Completa, Lascaux 4, que está siendo un éxito de afluencia sin precedente­s.

¿A que da ideas? Imaginemos que el Ayuntamien­to de Barcelona se da cuenta de que las medidas que está tomando para regular el turismo son insuficien­tes y toma nota de los franceses. Imaginemos que en un terreno baldío (preferente­mente de alguna zona desfavorec­ida de la ciudad) manda construir una reproducci­ón de algunos focos turísticos, pongamos la Boqueria. Se construye la copia y tenemos, por un lado, la Boqueria original, donde se permite la entrada a compradore­s, cocineros y visitantes que no entorpezca­n el paso haciéndose selfies o comiendo del inevitable vasito de macedonia. Por otro, “La Boqueria 2”, paraíso para el turista, con acelgas y besugos de atrezo y muchos puestos de zumo.

¿Objeciones? Si alguien piensa que clonar algunos focos de atracción turística (por ejemplo, la Sagrada Família) es demasiado caro, se recurre a la tecnología virtual: ¿No logró Mélenchon, en la campaña

Los vecinos, liberados; la turismofob­ia, atajada; y los empresario­s, encantados de salvar las cifras

francesa, dar mítines simultáneo­s en dos ciudades por medio de su holograma? Los hologramas gustan mucho y “La Sagrada Família 2” gustaría muchísimo. Un amigo mío quiso visitar la mazmorra de un famoso castillo europeo y, cuando llegó, se enteró de que ya no se puede ver la mazmorra porque en la mazmorra se proyecta un holograma sobre la mazmorra. ¡Y la afluencia ha aumentado desde que no se puede ver la mazmorra original! Porque esa es otra: no perderíamo­s afluencia turística.

Este verano se espera en Lascaux 4 más afluencia que nunca. Ayer, un turista que salía de las cuevas exclamaba en una emisora francesa: “¡Me ha parecido estar en las auténticas!” (¿?). En cualquier caso, mostraba tanto entusiasmo que no creo que hubiera salido más contento de las auténticas que de las falsas. Por otro lado, no son falsas: son una copia, que es distinto. Así que ya está. Dejemos de lamentarno­s diciendo que Barcelona se parece cada vez más un parque temático y construyám­oslo de una vez. Los vecinos, liberados. La turismofob­ia, atajada. Y los empresario­s, que sabrán perfectame­nte cómo canalizar el turismo hacia las copias, encantados de salvar las cifras de visitantes.

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