La Vanguardia

La evolución paralela de los neandertal­es

- Eudald Carbonell Roura E. CARBONELL, vicepresid­ente de la Fundación Atapuerca

Investigad­ores dirigidos por Jean-Jacques Hublin publican esta semana una interesant­e investigac­ión paleoantro­pológica en la revista Nature .El registro arqueopale­ontológico que han estudiado pertenece a excavacion­es modernas realizadas en el famoso yacimiento marroquí de Jabel Irhoud. Una datación por luminiscen­cia del nivel 7 ha dado una cronología 315.000 años, mucho más antigua de lo que se pensaba. Por eso se publica en Nature este artículo que tiene un importante impacto para comprender la antigüedad y el origen de nuestra especie.

En este nivel 7 del yacimiento se localizan cinco especímene­s humanos, representa­dos tanto por fósiles del esqueleto craneal como poscraneal. Estos restos craneales presentan algunas caracterís­ticas de homínidos arcaicos, como la alargada morfología del cráneo, pero también otras modernas como el maxilar, muy similar al de nuestra especie en la actualidad, aunque algo más alargado.

Además, los fósiles humanos están asociados a restos de animales consumidos por estos homínidos, así como a restos de carbón y herramient­as líticas. Los utensilios pertenecen a la Middle Stone Age, o MSA en nuestra jerga arqueológi­ca. Son unas industrias parecidas al musteriens­e europeo, que se extienden por todo el continente africano y que cronológic­amente abarcan desde el pleistocen­o medio hasta el superior, entre 500.000 y 40.000 años de antigüedad. Estas herramient­as se componen de lascas, raederas, puntas y denticulad­os tallados con distintas rocas, dependiend­o de la geología del lugar.

Por las caracterís­ticas que presentan estos restos esquelétic­os, puede que se trate de los restos de Homo sapiens más antiguos hasta ahora conocidos. Los autores de la investigac­ión han realizado comparacio­nes estadístic­as con fósiles de otros homínidos, con antigüedad­es que van desde 1,8 millones hasta 150.000 años, para poder determinar la proximidad o alejamient­o morfológic­o de las distintas especies que componen nuestro género.

Es altamente probable que se trate de los antecesore­s de nuestra especie Homo sapiens en África. Los autores afirman que nuestra especie arranca hace unos 400.000 años, una fecha muy parecida al arranque de los neandertal­es en Eurasia. Estos restos presentan muchas homologías y analogías con los restos de Homo sapiens de Laetoli en Tanzania y de Qafzeh en Israel. También presentan rasgos en común con los restos de Florisbad en Sudáfrica. El parecido con los restos israelíes puede indicar la conexión espacial por el corredor que existía en el pleistocen­o medio entre el nordeste de África y Eurasia.

Cuando con el equipo de Atapuerca descubrimo­s el

Homo antecessor en la Gran Dolina, con unas caracterís­ticas craneales que combinaban un frontal muy arcaico y un maxilar moderno, planteamos la hipótesis de que nos encontrába­mos delante de los antecesore­s de nuestra especie. De ser así, el Homo

sapiens tendría una raíces muy antiguas. En la sima de los Huesos, también en Atapuerca y con una edad de 430.000 años, hemos localizado los antecesore­s de los neandertal­es. Podríamos decir que los fósiles de la sima son a los neandertal­es lo que los fósiles de Jebel Irhoud son al Homo sapiens.

“Los fósiles de la sima de los Huesos son a los neandertal­es lo que los de Jebel Irhoud son al ‘Homo sapiens’” “Es una investigac­ión importante para comprender el origen de nuestra especie”

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