La Vanguardia

Sampaoli, la esperanza

- CARLOS NOVO Madrid Larga sequía.

Jorge Sampaoli es la última esperanza de la albicelest­e, el elegido para devolverle el esplendor a una Argentina que no gana ningún título importante desde la Copa América disputada en Ecuador en 1993, con la excepción un tanto particular de las medallas de oro de los Juegos de Atenas (2004) y Pekín (2008). La expectació­n es máxima. El nuevo selecciona­dor debuta mañana (12.05 h) en un amistoso contra Brasil en Melbourne (Australia).

Hasta dicho 1993, Argentina había ganado dos Mundiales (1978 y 1986) y catorce Copas América. La sequía de títulos de Argentina desde entonces es si cabe más sorprenden­te al haber podido contar en sus filas desde el 2004 con Messi. La estrella del Barcelona ha conocido ya siete selecciona­dores: Pékerman (20042006), Basile (2006-2008), Maradona (20082010), Batista (2010-2011), Sabella (20112014), Martino (2014-2016) y Bauza (20162017). Las últimas finales no pudieron ser más descorazon­adoras: derrota en la final del Mundial de Brasil (1-0) ante Alemania y derrota en las dos últimas de la Copa América, las dos por penaltis y ante el mismo rival: Chile. En la primera el selecciona­dor del combinado chileno era precisamen­te Sampaoli.

Con Sampaoli, que dice tener como fuente de inspiració­n a Marcelo Bielsa, Argentina apuesta claramente por el fútbol ofensivo con una defensa de tres centrales, dos laterales de gran recorrido, un centro del campo con jugadores creativos que arropen mejor a Messi y un punta. El futuro inmediato pasa por conseguir que la conexión entre Dybala y Messi sea imparable. Messi necesita un gran galardón con la albicelest­e para quitarse el sambenito en su país de no ser tan decisivo con Argentina como con el Barcelona. El jugador ya hizo amago de retirarse de la selección tras la derrota en la Copa América Centenario del pasado junio.

Antes que pensar en ganar el próximo Mundial, el de Rusia 2018, Argentina tiene que asegurar su clasificac­ión. En la fase de grupos que clasifica a cuatro directos y el quinto va a la repesca, Argentina marcha por ahora en quinta posición. Le quedan cuatro partidos con dos salidas complicada­s: la primera el 31 de agosto en Montevideo ante el Uruguay de Luis Suárez y la última en Quito, donde todo el mundo sufre los problemas de la altura de la ciudad.

Nacido en la ciudad de Casilda, le apodan El Zurdo de Casilda, Sampaoli tuvo una discreta carrera como jugador profesiona­l, Sus grandes éxitos ya le llegaron como entrenador, donde ganó tres ligas con la Universida­d de Chile, un país que no suele hacer buenas migas con su vecino Argentina. Hubo mediación papal para no ir a la guerra por el conflicto del canal del Beagle en 1971.

Sampaoli superó todos los prejuicios y el 3 de diciembre del 2012 fue presentado como director técnico de Chile. En el Mundial del 2014 tuvo una buena actuación, eliminada por el anfitrión, Brasil, en los cuartos, pero tras eliminar a España (junto a Holanda) en la fase de grupos. Su momento de gloria fue en la final de la Copa América de Santiago ante Argentina. Por primera vez llegaba Chile a una final sudamerica­na y tras 120 minutos sin goles se imponía en los penaltis (4-1).

El 16 de enero del 2016 Sampaoli dejó de ser el selecciona­dor de la roja tras un empate (0-0) ante Colombia en casa y una dura derrota (3-0) en Montevideo que provocó la dimisión del presidente de la Federación Chilena de Fútbol, su valedor.

Requerido por muchos equipos, Sampaoli esperó hasta junio para dar el sí al nuevo proyecto del Sevilla en sustitució­n de Unai Emery. Era la primera vez que entrenaba en Europa y los comienzos fueron malos. El Madrid le ganó en Noruega la final de la Supercopa de Europa (3-2) en la prórroga tras empatar Ramos en el último minuto. Lo peor llegaría en la Supercopa de España, barrido por el Barcelona (5-0) entre dos partidos.

En contra de las voces que decían que a Sampaoli le quedaba grande el proyecto, el equipo se rehízo y firmó la mejor primera vuelta de la historia del Sevilla en la Liga, con 13 victorias, tres empates y tres derrotas. Entonces se hablaba con fuerza en Nervión de si el equipo iba a poder ser alternativ­a al duopolio de Madrid y Barcelona. No lo iba a ser. En los meses siguientes la plantilla no dio más de sí y el equipo se desenganch­ó de la lucha por el trofeo tras sufrir un 2-1 en Granada, aunque luego fue el primero en derrotar al Madrid, que también le echó de la Copa. Todo se cayó con estrépito al ser eliminado de la Champions por el modesto Leicester. A partir de entonces, Sampaoli ya tuvo su mente en el regreso a Argentina, quizás como el hijo pródigo.

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JUAN MABROMATA / AFP La selección argentina, pese a contar con Leo Messi, no gana ningún trofeo de importanci­a desde la Copa América de 1993

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